Depende de Fideo para que sea el mejor regreso de la historia
Gonzalo Ferrer
4 min de lectura
La llegada de Ángel Di María a Rosario Central obligó al periodismo a revisar los archivos. La comparación válida es, a nuestro entender, con Diego Maradona y Mario Kempes ya que los tres fueron campeones del mundo con la selección. Las vueltas de Juan Sebastián Verón, Carlos Tévez y Diego Milito fueron fenómenos circunscriptos a sus clubes ya que no ganaron una Copa del Mundo.
La vuelta de Angelito al club de sus amores es un hecho difícil de comparar con otros regresos al fútbol argentino. En muchos casos fueron jugadores destacados de otros clubes que quisieron venir a jugar nuevamente en el cada vez mas vilipendiado y maltratado balompié argento pero que no fueron campeones del mundo como Ángel lo cual recorta la lista a un puñado de futbolistas trascendentes.
La razón de la elección de Mario Kempes y de Diego Maradona para tratar de comparar la vuelta del ex jugador de la selección argentina se debe a dos parámetros: los tres fueron campeones del mundo siendo figuras. D10S, el Matador y Fideo fueron figuras determinantes para que Argentina gane los mundiales de 1978, 86 y 2022.
Jugadores destacados que volvieron al fútbol argentino y que jugaron en la selección se quedaron afuera de esta comparación justamente por no ser campeones del mundo. Esos son los casos de Maxi Rodríguez, Juan Sebastián Verón y Carlos Tévez. Grandes referentes en sus clubes que no ganaron nada con la camiseta albiceleste.
El regreso de Mario Alberto Kempes al fútbol argentino fue anunciado con bombos y platillos en 1981. River Plate buscaba una contrafigura para eclipsar la llegada de Diego Armando Maradona a Boca Juniors luego de haberla descosido en 1979 y 80 en Argentinos Juniors. El Matador no brilló tanto como se esperaba pese a ganar el Nacional 1981 y haber marcado dieciséis goles en treinta y tres encuentros disputados.
La razón de sus altibajos fue la lesión que padecía en su rodilla izquierda y que lo tuvo a maltraer durante gran parte de la temporada. Eso no le impidió jugar el mundial 82 donde la selección argentina defendía el título conseguido en 1978 en nuestro país. Su promedio de gol en el Millonario fue de 0,485, nada mal para un jugador que no estaba ciento por ciento físicamente.
La llegada se Diego Armando Maradona a Newell’s Old Boys se debió a que Pelusa necesitaba un club que lo cobije para regresar a la selección argentina. Las primeras opciones eran Argentinos Juniors y San Lorenzo de Almagro pero al caerse estas posibilidades apareció la Lepra y se lo llevó. El romance con la entidad del parque Independencia duraría nada más que cinco partidos en los cuales no hizo goles y no mostró un gran nivel.
Luego de un desgarro sufrido ante Huracán en diciembre de 1993, Diego no volvería a calzarse la camiseta rojinegra y se marcharía del club por las diferencias que mantenía con Jorge Castelli, el nuevo entrenador que había reemplazado a Jorge Solari.
El caso de Fideo es un tanto diferente pese a ser campeón del mundo al igual que Maradona y Kempes. La diferencia radica en que Angelito vuelve al club de sus amores mientras que el Matador y D10S volvieron para jugar en otros clubes distintos a los que los vieron nacer.
Es una incógnita el estado físico de Di María que se comenzará a develar en los próximos días cuando se comience a disputar el mundial de clubes. Allí se verá como está en la que será su última competencia con el Benfica. Luego vendrán unas cortas vacaciones y después ya arrancará oficialmente su etapa en Rosario Central.
Allí están puestas las expectativas de los hinchas porque creen que debido a la presencia de Fideo querrán venir otros jugadores renombrados o con pasado en la Acadé. La danza de nombres es infinita y van desde players absolutamente normales hasta superestrellas como ¡Cristiano Ronaldo!, algo totalmente ilógico y fuera lugar.
Si Ángel se transforma en el líder que Central necesita y gana algo con el club entonces ya no habrá más excusas para afirmar que sería el mejor regreso de la historia. De él, y sólo de él, depende.
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