Rosario Central cayó de manera categórica ante Talleres por 4-1 en el Kempes. Mal planteo y pésimas respuestas físicas y anímicas. Pese a eso los primeros 30 minutos de Central fueron los mejores del campeonato.
El equipo dirigido por Miguel Ángel Russo mostró dos caras en Córdoba, algo así como un Mister Hyde y doctor Jekyll futboleros. Porque jugó un gran partido en el Kempes hasta el momento del cuestionado (y convalidado por el VAR) segundo gol de Talleres pero a partir de allí no tuvo respuestas físicas, anímicas y futbolísticas para torcer el rumbo del encuentro.
Esos primeros treinta y cinco minutos fueron los mejores del Canalla en la actual Copa de la Liga ya que si bien intercambió golpe por golpe con la T fue más incisivo y Guido Herrera salvó su valla en cuatro oportunidades para que la Acadé no se adelante en el marcador. Mallo, Malcorra, Alan Rodríguez y Martínez Dupuy exigieron al arquero local pero no pudieron traducir la supremacía que tenía su equipo a en el campo de juego en goles. Y los partidos aún se ganan con goles.
Nacho Malcorra y Maxi Lovera se movieron cómodamente en una zona despoblada que estaba delimitada por detrás del doble 5 conformado por Marcos Portillo y Juan Camilo Portilla y por delante de los zagueros Lucas Suárez y Gastón Benavídez. Desde allí el Canalla comenzó tener supremacía en el desarrollo aunque no pudo llevar esa superioridad al marcador.
El planteo de Russo, abandonando la cautela y el orden con los que juega de visitante, resultó ser un arma de doble filo ya que por un lado sus players tenían la pólvora mojada y no lograban sacar ventaja en materia ofensiva y por el otro defendió muy mal ante jugadores muy livianitos y rápidos como los futbolistas de la T.
El ingreso de Alan Rodríguez para que Agustín Sandez se corra al medio como central no sirvió de nada ya que antes de los quince minutos de partido Central ya tenía amonestados a Gusa y a Kevin Ortíz. Central no pudo hacer pie defensivamente en todo el partido pero lo que vino después fue un desastre…
El momento bisagra
El Canalla se fue mentalmente del partido en el mismo momento que el VAR convalidó de manera insólita el gol de Juan Rodríguez sobre el final de la primera etapa. En vez de tratar de seguir adelante los jugadores quedaron enganchados mentalmente con una situación de injusticia ya que había existido falta previa sobre Facundo Mallo y que Sebastián Martínez, responsable del VAR, ignoró olímpicamente. Y eso no justifica la debacle posterior del equipo acentuada por los goles de Ramón Sosa y Matías Catalán.
Vamos con una verdad de Perogrullo para ponernos en contexto. El fútbol tiene tres resultados posibles: ganar, perder o empatar. Luego de ello están los matices y las formas en que se triunfa, se empata o se pierde. Y allí Central perdió el rumbo claramente ya que no tuvo (tal como lo expresé más arriba) ni respuestas futbolísticas, ni anímicas ni físicas para dar vuelta un partido que hasta un rato antes le había sido favorable en el desarrollo. Claro que a Talleres le sobró eficacia para hacer goles mientras que los dirigidos por Russo carecieron de ella y su única conquista fue mediante el penal de Lovera.
Ni siquiera el triple cambio que metió Miguelo dio resultado porque Talleres metió el cuarto gol antes que Jaminton Campaz, Carlos Quintana y Mauricio Martínez puedan intentar torcer el rumbo del encuentro. El segundo tiempo estuvo de más ya que el partido se había terminado con el tercer gol de la T a cargo de Sosa.
Se debe tomar como un hecho positivo que esto haya sucedido a esta altura del torneo y del año para poder revertirlo rápidamente. Las incorporaciones de Mauricio Martínez, Jonathan Gómez, Emanuel Coronel y Abel Hernández ayudarán a fortalecer al equipo en la medida que su rendimiento sea bueno.
La Acadé recién comienza a jugar la Copa Libertadores en los primeros días de abril cuando este campeonato ya esté culminando su fase de grupos (irá por la fecha 12) y por ello puede pelear por acceder a los playoffs de la Copa de la Liga sin superposición de competencias.
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Es hora de revertir la imagen
Este partido frente a Talleres no tiene los atenuantes que si tuvieron los encuentros frente a Atlético Tucumán y contra Banfield ya que las circunstancias fueron distintas porque el calor agobiante en Tucumán por un lado y el estado del piso en el renovado Gigante de Arroyito por otro fueron determinantes para hacer cualquier análisis.
La falta de respuestas físicas, futbolística y anímicas no se pueden pasar por alto aunque es muy cierto que se puede mejorar rápidamente. La gran ventaja que tiene este Central es que no se desprendió de ninguno de sus jugadores claves y que está vez Miguelo pudo reforzar los lugares que creía conveniente El Canalla buscó jerarquía dentro de las posibilidades de su billetera y consiguió jugadores que a priori pude ayudar a dar ese asalto de calidad que se le reclama.
Russo optó por un sistema táctico que no le dio resultado en materia defensiva y que en ataque le sirvió para generar chances de gol pero falló en la definición. Miguel tiene el tiempo de su lado pero el equipo no puede permitirse otra actuación como esta
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central y Prensa Talleres.
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