Los días más felices fueron con Le Coq Sportif

La marca francesa tiene grandes chances de vestir nuevamente al Canalla desde el 2025. Dos de los hechos más resonantes en la historia de Central ocurrieron cuando utilizaba ropa LCS.

La camiseta más original y bella que haya utilizado el club de Arroyito en toda su historia se debe a Le Coq Sportif, la marca francesa de ropa deportiva que en ese momento era propiedad del gigante Adidas.

LCS había llegado a nuestro país en 1979 para vestir a la selección argentina en lugar de la marca de las tres tiras en una jugada marketinera ideada por la misma Adidas para darle mayor visibilidad a nivel mundial ya que el equipo dirigido por César Luis Menotti era el vigente campeón del mundo en aquellos años.

El gran momento de gloria deportiva para los franceses fue en el mundial 86 con la consagración de la selección liderada por el eterno Diego Armando Maradona. A partir de allí Le Coq Sportif decidió incursionar en el fútbol local como sponsor técnico de algunos clubes.

El primer club elegido por la firma de Entzheim fue Independiente de Avellaneda (la pilcha que le hizo al rojo es sencillamente pre-cio-sa) con un contrato por dos años (1986-88) mientras que unos años más tarde le toco el turno a Rosario Central.

La Acadé había ganado sus títulos vistiendo Adidas (Nacional 1980) y Topper (campeonato 1986/87). Los títulos de 1971 y 1973 se consiguieron con ropa genérica tal como se estilaba en aquellos años donde las marcas de ropa deportiva solamente proveían botines para los jugadores.

A mediados de 1995 el Canalla dejaba atrás a la brasileña Penalty para darle lugar a LCS con un contrato que tendría una duración de tres años hasta junio de 1998. El diseño de la primera camiseta creada por la casa francesa fue icónico y prácticamente durante las tres temporadas se lo utilizó sin mayores alteraciones.

La asociación entre Rosario Central y Le Coq Sportif no quedó solamente en eso ya que ocurrieron dos hechos significativos durante los tres años que duró la alianza: la obtención de la Copa Conmebol 1995 tras remontar una serie memorable y el 4-0 con abandono incluido por parte de Newell’s Old Boys de 1997 en el Gigante de Arroyito.

El momento de mayor gloria deportiva de Le Coq Sportif fue cuando Argentina ganó el mundial 86 de la mano de Diego Maradona.
Un caso único en el mundo

Hace algún tiempo escribí, en una pieza literaria sinceramente inmortal: “Rosario Central no tiene historia. Tiene mitología”. Y esto es así porque sus orígenes, sus avatares y sus formidables campañas están siempre fluctuando entre la realidad y la fantasía, lo palpable y la ficción, lo comprensible y lo inexplicable. ¿Cómo no ser hincha, entonces, de un equipo así?

Inolvidable descripción sobre Central a cargo de Roberto Fontanarrosa

El Canalla dirigido por el inolvidable Ángel Tulio Zof había llegado por primera vez en su historia a la final de un torneo continental donde debía enfrentar al Atlético Mineiro de Belo Horizonte. El club brasileño contaba en sus filas con Cláudio Taffarel, el arquero de la selección brasileña que había ganado el mundial 94 en Estados Unidos.

Lo sucedido en el estadio Arena do Galo de la ciudad brasileña la noche del 12 de diciembre de 1995 no daba esperanzas a nadie. Central había sido goleado y vapuleado por el equipo blanquinegro con un contundente y casi irremontable 4-0. No había ningún antecedente en el mundo que permitiera soñar ya que jamás se había remontado una diferencia de cuatro goles en una final continental. Mineiro ya podía ir festejando a cuenta…

En esta situación tan extrema hay algo para destacar: el hincha de Central era optimista y creía que se podía revertir el resultado del partido de ida lo cual era algo impensado debido a la diferencia que el Atlético Mineiro había sacado en su casa. El equipo dirigido por don Ángel era uno de los mejores de la Argentina en aquel momento siendo protagonistas de los torneos y jugando un fútbol de alto con el Negro Palma como estandarte y jugando de volante central. Sí, el Tordo se encargaba de la recuperación y de iniciar el armado en ofensiva con 37 años.

Llegó el día de la revancha y como un giro del destino la misma se jugaba un 19 de diciembre, un día histórico para el pueblo auriazul ya que en 1971 le había ganado 1-0 a Newell’s en el Monumental de Nuñez para acceder a la final del Nacional que terminaría ganando tres días más tarde en la cancha de la Lepra. Más de 45.000 almas alentaban a su equipo creyendo que se podía…

En ese primer tiempo de locura comenzaron a caer los goles: el Polillita Da Silva abrió el marcador a los 23 minutos, el Petaco Carbonari venció las manos de Taffarel y puso el 2-0 con un misil de tiro libre a los 39 mientras que un minuto más tarde el Chapulín Cardetti puso el 3-0 para cerrar la primera etapa. Con ese resultado el Mineiro seguía siendo el campeón…

El cuarto gol se hizo esperar hasta los 43 minutos de la segunda parte y también fue obra de Horacio Carbonari con un certero cabezazo. El rubio defensor ya estaba instalado en el área rival jugando de centrodelantero para tratar de conseguir el tanto que mande la definición a los penales. Por primera y única vez en la historia el milagro sucedió ya que el Canalla en los penales se impuso por 4-3 y se quedó con el trofeo sudamericano.

El equipo que salió a jugar la revancha con Mineiro en Rosario. Parados: Graff, Lussenhoff, Carbonari, Bonano, Ordoñez. Abajo: Palma, Gordillo, Vitamina Sánchez, Da Silva, Cardetti y Coudet.
El inicio del romance entre Central y Miguelo

Miguel Ángel Russo había llegado a Rosario como un técnico más para reemplazar a don Ángel y pese a que el equipo obtenía resultados la relación entre el entrenador y el club parecía ir por los carriles profesionales del caso hasta que sucedió otro hecho histórico y cuyas consecuencias llegan hasta la actualidad. El escenario una vez más fue el Gigante de Arroyito mientras que la ropa de gala para la ocasión estaba firmada por Le Coq Sportif.

Ese 23 de noviembre de 1997 comenzó la historia de amor entre Russo y la Acadé que continúa hasta la actualidad. Todo sucedió de manera casi inocente debido a la superioridad mostrada por el equipo de Miguelo que se fue traduciendo en una goleada impensada antes del partido y que derivó en el abandono por parte de Newell’s al quedar deliberadamente en inferioridad numérica para que no le marquen más goles.

El resultado era un 4-0 lapidario cuando el uruguayo José Herrera acató las órdenes de su entrenador, Mario Nicasio Zanabria, y se arrojó al piso para que el árbitro Roberto Ruscio deba dar por terminado reglamentariamente el encuentro ya que la Lepra se quedaba con sólo seis jugadores en cancha dando origen al día del abandono.

Le Coq Sportif no sólo hizo una de las camisetas más hermosas y emblemáticas que tuvo el Canalla sino que dos hechos muy caros a los sentimientos de la hinchada auriazul sucedieron en ese lapso. Esta asociación fue muy exitosa y en el 2025 tal vez se vuelva a ver. ¿No se te pianta un lagrimón cuando recordás los feliz que fuiste con ella?

Ruben Da Silva grita su gol ante Newell’s Old Boys en el Gigante. Luego llegarían los goles del Chacho Coudet, Marcelo Carracedo y el Petaco Carbonari para poner el 4-0.
En el Twitter de LADM

Fotos: gentileza Prensa Selección Argentina y Prensa Rosario Central


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Gonzalo Ferrer

Periodista, especializado en rugby, fútbol y Fórmula 1. Fui el encargado de la ovalada en LV12 de Tucumán desde 1993 hasta 1996. Edité efectosuelo.com.ar, blog sobre Fórmula 1 desde el 2019 hasta el 2023. Cubrí la histórica gira de los Springboks por Argentina en 1993. Acompañé al seleccionado tucumano de rugby en su era de mayor esplendor. Predije la llegada de Lewis Hamilton a Ferrari. También soy el autor de Formulamanía, blog sobre Fórmula 1.

https://eldiariodecentral.com.ar/

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