El Canalla tiene un 2024 muy complicado ya que nada está sucediendo como fue planeado. El equipo no sólo sufre una crisis futbolística sino que muestra serios inconvenientes físicos y anímicos. Pese a a todo depende de sí mismo en la Copa Libertadores.
La Acadé se encuentra navegando sobre aguas turbulentas en este primer semestre de la temporada 2024. Le fue muy mal en la Copa de la Liga (terminó undécimo sobre catorce equipos con apenas 14 puntos en la Zona A), en la Copa Argentina debió recurrir a los penales para supera a un club que juega en el Federal A (Douglas Haig) y en la Copa Libertadores tuvo un buen arranque pero naufragó en Venezuela y contra Mineiro en el Gigante.
Lo preocupante no son los resultados en sí mismos sino el nivel de juego mostrado por el equipo a lo largo de los diecinueve partidos jugados hasta el momento sumando los tres torneos. Al Canalla aún le quedan otros ocho encuentros antes de llegar al receso, momento clave para resetear y empezar de nuevo para afrontar la segunda mitad del año.
Central se jugará gran parte del segundo semestre en esos ocho partidos a disputarse entre mayo y junio. Tiene dos encuentros decisivos por la Copa Libertadores frente a Caracas FC en Rosario y contra Peñarol en Montevideo pero las exigencias no terminan allí ya que un mal arranque en la Liga Profesional lo dejará muy lejos de la clasificación a copas internacionales. Actualmente el Canalla está en la vigesimoprimera posición a diez puntos de Talleres, el último clasificado a la Copa Sudamericana en la décima colocación.
Los problemas que tienen que abordar Miguel Ángel Russo y su cuerpo técnico de manera urgente son básicamente tres: bajo rendimiento futbolístico tanto individual como colectivo, deficiente respuesta física del plantel y el pozo anímico en el cual cayeron sus dirigidos. La recriminación pública de Quintana a Campaz muestra que los jugadores (o al menos la mayoría de ellos) se sienten incómodos con esta situación.
El tiempo es el mejor aliado y el peor enemigo reza un viejo dicho. Central (y Russo, of course) deberá transitar un mes que lo marcará durante el resto del año. Las proyecciones no son optimistas para lo que queda hasta el receso ya que el Canalla necesita una inyección anímica urgente que lo mejore en el plano futbolístico aunque el repunte desde lo físico recién podrá llevarse a cabo luego de las vacaciones ya que ahora el calendario será muy apretado.
Miguelo es un ídolo de Central pese a haber nacido futbolísticamente en Estudiantes de La Plata. El técnico se ganó ese reconocimiento en base a trabajo, sacrificio y a los resultados conseguidos en el clásico rosarino. También es cierto que el equipo tocó fondo y que peor no puede jugar. Él tiene la capacidad necesaria para revertir esto pero para poder hacerlo necesita que llegue el receso, mientras tanto deberá luchar con las armas que tiene.
Además
En el canal de LADM
En el Twitter de LADM
En el TikTok de LADM
Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
Descubre más desde El diario de Central
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.