
Hace 100 años se producía una insólita situación al momento de elegir el próximo presidente de Rosario Central
A principios de la década del veinte el ambiente político en Rosario Central había perdido la tranquilidad de años anteriores. Comenzaban a elevarse voces para distanciarse del control del Ferrocarril Central Argentino (FCCA) y desde la empresa contestaban con la idea de fundar un nuevo club. En abril de 1921 había renunciado el presidente Federico José Flynn, quien retornó en mayo de 1923, cuando le ganó la elección a Harry Hayes. Durante ese nuevo mandato de Flynn se acrecentaron las divisiones entre los socios pro Ferrocarril y aquellos que deseaban librarse del FCCA. En 1923 varios socios y futbolistas, descontentos con el manejo del Club, se separaron de Rosario Central y fundaron una nueva entidad: el Club Talleres. Formaron parte de este nuevo equipo jugadores de la altura de Ennis Hayes, Antonio Miguel y Ángel Rizzi. Talleres absorbió al club Aprendices Rosarinos y tomó de este la plaza que ocupaba en la Primera División de la Liga Rosarina de Fútbol, pasando a formar parte con sus equipos de todas las divisiones de fútbol. Hasta que en 1927 el club de los rebeldes centralistas dejó de existir.
Para 1924 también se hicieron mayores los reclamos de los socios adscriptos, aquellos que no trabajaban en el Ferrocarril. Desde 1903 se permitía la incorporación de socios no ferroviarios, pero pagaban una cuota más elevada y no tenían ni voz ni voto en las asambleas. Estos socios de segunda categoría, tampoco podían acceder a cargos dirigenciales. A pesar de eso cada vez más socios no ferroviarios llegaban al Club, llegando en 1923 a conformar el cuarenta por ciento del total de la masa de asociados. Pronto se empezaron a cansar. La CD dirigida por Federico Flynn hizo oídos sordos hacia el reclamo de los adscriptos, quienes querían tener los mismos derechos que los socios activos. La bronca ante la negativa dirigencial fue tal que en 1924 presentaron la renuncia treinta socios activos y ciento noventa socios adscriptos, una quinta parte del total de socios.
Con ese amargo panorama, el viernes 30 de enero de 1925, a las 20:30 hs, se realizó en el Colegio de los Talleres la asamblea para elegir al próximo presidente de Rosario Central. De un lado estaba Federico Flynn, presidente en ejercicio. Del otro, Epifanio Quinteros, un veterano dirigente auriazul nacido en Rosario durante el año de 1883. Desde 1908 Quinteros participaba activamente en la vida política del club, siendo desde secretario de Henry Scrivener y Miguel Green hasta vicepresidente de Nicolás Kehoe en 1922. Sin embargo, hasta ese momento, la actuación más destacada de Quinteros dentro de la vida dirigencial auriazul fue haber sido elegido presidente el 9 de marzo de 1920. Aunque estuvo poco tiempo ya que a fines del mismo mes dejó su puesto, aduciendo que no le podía dedicar el tiempo necesario a raíz de la delicada salud de un miembro de su familia. No obstante, parece que hubo otro motivo.
Las malas lenguas decían que Quinteros se había comprometido con Gimnasia y Esgrima para que Rosario Central se aleje de la Liga Rosarina, tal cual lo había hecho en esos días la entidad mens sana. A lo que el resto de la Comisión Directiva le marcó la cancha al presidente haciéndole saber su opinión contraria. Así Epifanio Quinteros se marchó, estando menos de un mes en el máximo cargo del Club. Toda una premonición.
Volvemos a la asamblea de 1925. Luego de leer el acta de la reunión anterior y de aprobar la memoria y Balance del ejercicio 1924 se procedió a elegir al presidente que encabezaría la nueva comisión directiva. Al momento de realizar el escrutinio llegó la sorpresa: los candidatos estaban empatados.
Por reglamento correspondía realizar una nueva votación, pero Don Federico Flynn tuvo un gesto honorable y se bajó de la contienda, permitiendo entonces que Epifanio Quinteros sea el nuevo presidente electo del Club Atlético Rosario Central. Pero si fue sorpresiva la igualdad en la elección del viernes 30, lo que pasó tres días después no tiene calificativo. Quinteros presentó una nota donde renunciaba a su puesto de presidente del Club sin hacer mención de causa alguna. Así como llegó, se fue. El Club quedó acéfalo y hubo que llamar a una nueva asamblea que se realizó el día 13 de febrero en el Colegio de los Talleres. Al final de esa noche se dio el resultado más lógico: Federico Flynn fue elegido como presidente, continuando en el máximo puesto de la entidad auriazul.
Así comenzó uno de los años más importantes de Rosario Central ya que a fines de ese 1925 se lograría la independencia definitiva del Ferrocarril Central Argentino. De paso podemos considerar a Epifanio Quinteros como dueño de un curioso récord: es el presidente con los dos periodos presidenciales que menos duraron en la historia de Rosario Central.

GERMÁN ALARCÓN
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