La llegada de Enzo Copetti a Rosario Central muestra un cierto giro en el mercado de pases que se abrirá próximamente. La búsqueda de jugadores estará centrada en la calidad de los mismos para elevar el nivel del equipo.
Armar un plantel competitivo no es tarea fácil en el fútbol argentino para ningún club sino tienen a su disposición una billetera gorda como las de River Plate o Boca Juniors, las dos instituciones con mayores ingresos de nuestro fútbol y que debido a eso pueden darse el lujo de traer a cuanto jugador quieran siendo que en muchas oportunidades esto es más un capricho que una necesidad.
El caso de Rosario Central se ubica en las antípodas del accionar de los dos clubes más populares de la Argentina debido a su menor cantidad de ingresos, lo cual torna muy difícil armar un plantel competitivo para tratar de dar pelea y pelear bien arriba siempre.
Ángel Tulio Zof traía un par de jugadores buenos por año. Para el Nacional 1980 llegó Víctor Rodolfo Marchetti, un 10 exquisito al que el Viejo ubicó como centrodelantero. En el equipo campeón del 86/87 trajo al Pichi Escudero, a Juan José Urrutia y al Pato Gasparini, otro volante ofensivo que terminó jugando de 8. En 1995 pidió al Polillita Da Silva, un jugador talentoso como pocos. Siempre se arregló con lo que tenía en las inferiores y a eso le trataba de adosar calidad.
Hoy los tiempos cambiaron y el Canalla tiene en su equipo titular solamente cuatro jugadores titulares surgidos de su cantera (Broun, Lovera, Kevin Ortíz y Agustín Módica) y por ello debe realizar todo tipo de incorporaciones. Entonces llegan un Malcorra, Mallo o Campaz y también lo hace un Abel Hernández que se lesiona cuando recién estaba entrando en ritmo o cualquier otro nombre con el cual no salen bien las cosas.
Y por encima de ellos se ubica la jerarquía. El posible retorno de Ángel Di María (es el momento justo Fideo) le traerían una serie beneficios a Central que excederían el plano deportivo. Si se llega a dar la vuelta del jugador de la selección argentina será por su amor al club y no porque Central pueda pagar su pase.
La jerarquía y la calidad cuestan, esa es la realidad y Rosario Central no es una excepción a esta regla. La temprana incorporación de Enzo Copetti da un indicio de que el Canalla buscará en este mercado de pases traer refuerzos y no meras incorporaciones. Gonzalo Belloso y Miguel Ángel Russo saben que el equipo debe dar un salto de calidad en el juego para volver a posicionarse en lo más alto del fútbol argentino.
El ingreso a las Copas Libertadores o Sudamericana generan altos ingresos que en un club que aún está endeudado como Central son un bálsamo que ayudan a la economía de la institución. Miguelo deberá definir que puestos quiere reforzar porque la llegada de Copetti por sí sola no arreglará los problemas que padece su equipo pese lo insinuado contra Argentinos Juniors. La jerarquía cuesta y llegó el momento de romper la alcancía en Arroyito, de lo contrario los sueños coperos corren el riesgo de quedar truncos…
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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