
Jugar contra Boca Juniors se volvió algo muy especial para el mundo auriazul debido a los históricos robos que sufrió el Canalla ante el Xeneize. Un breve repaso a la historia. Los dirigidos por Holan tienen la oportunidad de dejar atrás el partido jugado en La Bombonera.
Rosario Central deberá afrontar un partido difícil y sumamente exigente frente al Boca Juniors de Miguel Ángel Russo. Será un compromiso complicado para la Acadé no tanto por la actualidad del equipo porteño sino por la historia llena de rivalidad entre ambas entidades con polémicas incluidas en las cuales el club de Arroyito siempre fue sistemáticamente perjudicado.
Irse a la final del Nacional 1970 es retroceder demasiado en el tiempo pero recordar el robo espantoso sufrido en la final de la Copa Argentina 2015 le da un toque diferente a este encuentro. Este el el segundo partido en importancia para el hincha de Central y quiere ganarlo siempre aunque los números le dan una abrumadora superioridad a Boca, sobre todo en La Bombonera.
Justamente, en los dos últimos partidos jugados en el estadio ubicado en Brandsen 805, el Canalla fue alevosamente perjudicado por dos penales no cobrados sobre el final de cada doparti: primero una falta de Walter Lema a Jaminton Campaz por la Liga Profesional 2024 y en febrero del 2025 hubo otro penalazo sobre Enzo Copetti al recibir un pisotón de Luis Advíncula.
Los árbitros de dichos encuentros ( Jorge Baliño y Hernán Mastrángelo respectivamente) fueron alcanzados por un rayo que los dejó momentáneamente ciegos al igual que a los encargados del VAR ya que se hicieron olímpicamente los dobolus y no cobraron absolutamente nada. Es imposible que los jueces tanto dentro del campo de juego como en las instalaciones del VAR en Ezeiza no hayan visto que sucedió en el área Xeneize en ambas ocasiones. Literalmente fueron dos afanos mayúsculos. Stop.
Escuchar hablar o leer de que Rosario Central es el equipo del poder genera risa hasta el preciso momento en el cual uno se toma un segundo más y empieza a ver de donde salen estas especulaciones ya que los medios porteños que se arrogan el derecho de ser nacionales sólo por su ubicación geográfica son los grandes responsables de esparcir estas mentiras que tanto mal le hacen a una institución como Rosario Central.
Toda la información que genera el Canalla en Rosario llega a Buenos Aires en cuestión de segundos siendo tamizada y procesada por los medios (que dicho sea de paso sólo defienden a los clubes agincsdos allí) que la distribuyen por todo el país totalmente tergiversada.
Otro caso paradigmático fueron las recientes declaraciones de Angelito Di María en la conferencia de prensa que el club organizó solamente para algunos medios rosarinos. Bastó que Fideo osara decir que no se le debió haber cobrado un gol a Boca contra Banfield para que toda la horda mediática porteña se le venga encima e instalen nuevamente que Central es el gran beneficiado del balompié argento cuando ella realidad muestra otra cosa.
Play. Debido a los numerosos antecedentes anteriormente mencionados es que para el hincha auriazul sea un partido especial. Lamentablemente no lo es por una cuestión deportiva sino por razones extrafutbolísticas ya que el simpatizante no olvida la cantidad de veces que Central fue perjudicado.
A ello hay que sumarle el pésimo partido que hizo en La Bombonera en febrero ya que el plantel está convencido de que puede enterrar definitivamente esa imagen si le gana a Boca jugando bien en el Gigante de Arroyito. Este encuentro no sólo será contra el Xeneize sino también contra sí mismo, contra el periodismo Bover y contra los intereses porteñocéntricos. Casi nada, casi todo.

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