El Canalla se olvidó del rendimiento paupérrimo que muestra en la Copa de la Liga y apostó todo a la Copa Libertadores, donde mejoró notablemente. Contra Peñarol y Atlético Mineiro dejó en claro que luchará por acceder a los octavos de final. Los partidos que pueden acelerar la definición del grupo.
La Copa Libertadores es un torneo más complejo y exigente que el campeonato argentino. Las causas para que sea así son complejas y diversas pero el hecho que sea un campeonato de élite al cual sólo acceden los mejores equipos de cada país es una de ellas. El rendimiento que mostraba Rosario Central durante la actual Copa de la Liga no ilusionaba a sus hinchas por los problemas que mostraba dentro de la cancha.
La Acadé tuvo un andar muy irregular en la Copa de la Liga y la impresión de este escriba es que Miguel Ángel Russo utilizó este torneo como un banco de pruebas para prepararse convenientemente para el desafío que representa el máximo torneo continental de clubes. Jugar la Copa Libertadores da prestigio y mucho dinero. El premio por disputar solamente los seis partidos que componen la fase de grupo es de seis millones de dólares a lo cual hay que sumarle un plus de U$S 330.000 por cada victoria conseguida.
Ante este panorama los dirigidos por Miguel Ángel Russo cambiaron rápidamente el chip y se enfocaron en hacer un buen papel en el torneo continental. El balance de los dos encuentros jugados hasta ahora es más que positivo pese a la derrota sufrida en Belo Horizonte ante el Atlético Mineiro ya que en el segundo tiempo de ese partido la Acadé encerró en su campo al Galo y le creó varias situaciones de gol. Los dirigidos por Diego Milito ganaron por dos desantenciones defensivas y no por ejercer una superioridad aplastante sobre el Canalla.
El Canalla tuvo algunos contratiempos en su preparación ya que hubo algunos jugadores lesionados siendo el caso más emblemático el de Abel Hernández (hoy se opera en Finlandia), un jugador que Central trajo para jugar esta copa pero que ni siquiera pudo comenzar el encuentro contra Peñarol porque se lesionó durante el calentamiento precompetitivo de ese partido. Agustín Bravo es otro jugador que debió pasar por el quirófano. El defensor ya fue intervenido en el sanatorio Mapaci y le espera un largo proceso de recuperación.
A todo o nada
El Canalla ya afrontó dos de los cuatro partidos más difíciles que le esperaban en su grupo y el saldo es más que positivo. Debutar con un triunfo contra un pentacampeón del torneo como Peñarol en el Gigante de Arroyito es una inyección anímica importante ya que el equipo se presentó ante sus hinchas y logró controlar la presión y la ansiedad. Lo importante es comenzar ganando el primer partido sin importar tanto el nivel de juego exhibido.
En Montevideo y en Rosario se sabe que Central y Peñarol deberán definir el lugar restante en el grupo G ya que el Atlético Mineiro cuenta con un plantel de mayor jerarquía que marcará la diferencia. Por eso los encuentros entre ambos se jugarán como si fuese una final pero antes de verse las caras, canallas y manyas primero deberán sortear algunos obstáculos:
- Central debe golear a Caracas FC en Venezuela y en Rosario recibir al Mineiro (¿será en el Gigante de Arroyito?).
- Peñarol tiene que disputar sus dos partidos contra el Galo en Belo Horizonte y en el estadio Campeón del Siglo mientras que deberá viajar a Venezuela para enfrentar al Caracas FC.
El clima de guerra que están pretendiendo instalar Gonzalo Moratorio (delegado del Carbonero ante la AUF) y el presidente Ignacio Ruglio no sólo es demencial e inoportuno sino que muestra una debilidad del Manya en el aspecto futbolístico respecto al Canalla. Lidiar con esto es una tarea que tendrán por delante Gonzalo Belloso desde lo institucional y Miguel Ángel Russo desde lo deportivo. Y Miguelo es un zorro viejo que conoce estas cuestiones como pocos…
Los dos partidos que pueden definir todo
Central deberá ganarle al Mineiro como local y marcar la mayor cantidad de goles posibles ante el Caracas en Venezuela y en Rosario. Ambas misiones son posibles ya que el Galo demostró ser vulnerable contra Central. El equipo dirigido por Gabriel Milito se sintió totalmente incómodo cuando el Canalla lo presionó creándole numerosas situaciones de gol. Deja muchos espacios atrás, no le gusta que le tiren centros al área y padece la pelota parada. La Acadé tendrá una buena oportunidad ante su público.
El Manya tendrá que vérselas con los brasileños en Belo Horizonte y en Uruguay. Y aquí comienzan las dudas por lo mostrado hasta ahora por Peñarol. El 5-0 sobre Caracas en el campeón del Siglo invita a soñar pero cuando se analiza el partido se descubre que los venezolanos son un equipo casi amateur.
Hace doce fechas que no ganan pese a haber cambiado de técnico hace cuatro. El Carbonero le propinó semejante goleada debido al rendimiento que mostraron Maxi Silvera, autor de tres goles, Gastón Ramírez y Leo Fernández. Para ganarle al Mineiro en Montevideo, e incluso a Central si obviamos las cuestiones extra futbolísticas, el Manya deberá mostrar algo más. Y aparentemente ya mostró todo.
Rosario Central puede llegar con todo definido a este último encuentro contra Peñarol. Necesita ganar sus tres partidos previos y que el Atlético Mineiro no pierda ante el Manya ninguno de los dos encuentros que disputarán. De ese modo la excursión a Montevideo será sin riesgo alguno porque el equipo ya estará clasificado.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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