El triunfo de Peñarol sobre Atlético Mineiro obliga al equipo de Miguel Ángel Russo a ganarles a Caracas en Rosario y al Manya en Montevideo. El doble cinco ya no tiene sentido y también deberá mostrar otra puesta en escena.
La Acadé no se complicó en la Copa Libertadores por lo que hicieron sus rivales sino por lo que no hizo en sus partidos frente a Caracas FC en Venezuela y contra el Mineiro en el Gigante de Arroyito. En esos dos partidos rifó gran parte de sus chances de acceder a los octavos de final de la Copa Libertadores y ahora quedó en una posición totalmente incómoda donde ya no hay margen de error.
El 2-0 que consiguió Peñarol sobre el Atlético Mineiro obliga a Rosario Central a ganarles a Caracas FC en Arroyito (ya no importa la diferencia de goles puesto que el Manya tiene nueve puntos y Central irá al Campeón del Siglo con siete unidades como máximo) y al Carbonero en Montevideo, una empresa harto difícil ya que de los últimos dieciocho partidos que el conjunto uruguayo jugó en su casa ganó quince, empató dos y perdió solamente uno.
En este momento ya no le sirve a Central jugar con dos volantes centrales y al menos uno de ellos deberá ser sacrificado en estos dos encuentros por la Copa Libertadores para darle lugar a un delantero más para acompañar al pibe Agustín Módica.
El gran problema del Canalla es en la mitad de la cancha donde nunca se logró el tan ansiado equilibrio y ahora Russo, en contra de su estilo, deberá salir a quemar las naves para conseguir un resultado favorable que deposite al equipo en los playoffs del torneo continental de clubes por excelencia.
Junto al rearmado de la mitad de la cancha también habrá que revisar la puesta en escena ya que cederle la pelota a los rivales para contragolpear será nocivo para las aspiraciones de Central. El equipo de Miguelo debe presionar alto para recuperar y lastimar.
Es difícil imaginar que Caracas vaya al ataque de manera permanente en el Gigante y más difícil aún es pensar que dándole el control del balón a Peñarol los uruguayos ataquen cuando sólo se dedicarán a tener el control y que los minutos corran ya que jugarán con ventaja.
Central necesita un shock que lo haga reaccionar y que detenga la caída en el nivel de juego. Comenzó siendo un equipo diferente en los primeros dos encuentros de la Copa pero empeoró su juego hasta el punto de poner en riesgo su chance de clasificación. Lo bueno es que aún depende de sí mismo y lo malo es que aún depende de sí mismo. Solamente el plantel tiene la respuesta sobre el equipo que quiere ser…
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Fotos: gentileza Prensa Peñarol y Prensa Rosario Central
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