El equipo de Matías Lequi empató 1-1 con Fortaleza en el Gigante de Arroyito. El desarrollo fue parejo aunque el Canalla pudo haberlo ganado. Los brasileños no se sintieron cómodos con el trámite. El árbitro no estuvo a la altura de un choque de esta magnitud.
Rosario Central no pudo sacar diferencias en un partido de trámite muy parejo por momentos en el cual Fortaleza demostró que no es ningún cuco ni nada por el estilo y que el destino de esta serie depende de la puesta en escena que haga la Acadé en el Arena Castelão. Si Central va a defenderse la pasará muy mal pero si pelea el partido en todos los sectores de la cancha entonces tendrá chances.
No pudo haber comenzado peor el partido para Central ya que antes de los dos minutos de juego perdía 1-0 por el golazo de Marinho (¿quiso poner la pelota allí o fue un centro que salió al arco? Como sea, la ejecución tomó desprevenido a Fatu y la bocha terminó dentro del arco) lo cual significaba un duro golpe para el local y un estado de conmoción del cual debía salir rápido ya que Fortaleza podía aumentar la ventaja rápidamente pero hubo un hecho insólito que jugó a favor de la Acadé y que cambió el desarrollo del encuentro.
Marinho se lesionó en el festejo del gol y debido a ello la reanudación del juego se demoró cuatro minutos, tiempo suficiente para que los jugadores del Canalla hicieran catarsis y se tranquilizaran para afrontar el resto del partido. Tuvo la suerte de no atravesar el shock emocional con la pelota en juego. En términos boxísticos es cuando la campana salva a un boxeador luego de recibir un piñón tremendo que lo deja al borde del nocaut.
En la siguiente jugada lo empató Gusa Sández luego de un corner muy bien ejecutado por Jonatan Gómez (jugó un partidazo) que fue peinado hacia el segundo palo por Facundo Mallo, uno de los mejores centrales de nuestro fútbol que pide a gritos una convocatoria a la selección uruguaya. Esa reacción que mostró Central sirvió para mandarle un mensaje al Tricolor de Aço: la serie no será tan fácil para ustedes y tenemos las armas necesarias para incomodarlos.
El Canalla no se dejó amilanar por el aura con la cual llegaba el conjunto brasileño y que básicamente era un mensaje del periodismo Bover resaltando sus virtudes por haberle ganado a un Boca Juniors recontra mediopelo en la fase de grupos. Es un buen equipo pero no son invencibles, cometen errores y hay situaciones de juego que no le gustan. Y allí Lequi ideó el partido para molestarlos de manera permanente.
Este Central dirigido por Matías toquetea menos la pelota abajo y utiliza el viejo y querido recurso del pelotazo para buscar la segunda jugada con bastante asiduidad: así comenzó a ganar algunos duelos individuales (Copetti pivotea extremadamente bien, aunque tiene que afinar la puntería en la definición) con Yonny Gómez como abanderado siendo respaldado por las buenas tareas de toda la línea de fondo y de Franco Ibarra. El Bicho Campaz (no juega la revancha porque llegó a la tercera amarilla) y Maxi Lovera estaban a contramano del resto del equipo mientras que Mauricio Martínez fue creciendo en su labor ya que tácticamente es importante para anular rivales pero su juego debe mejorar.
El Canalla lo buscó de forma reiterada salvo en el inicio del segundo tiempo ya que salió dormido a jugarlo, aunque después de los quince minutos emparejó nuevamente el trámite y tuvo ocasiones para ganarlo. El equipo de Matías Lequi tiene un problema sobre la banda derecha que tal vez lo solucione con la contratación de Augusto Solari. Lovera debería haber salido antes mientras que el ingreso de Lautaro Giaccone debió producirse al promediar la segunda parte y no en los últimos minutos del encuentro.
Fortaleza no se sintió cómodo con la cantidad de centros que tiró la Acadé a su área así como tampoco le gustó que los hombres auriazules presionaran muy arriba y en todos los sectores de la cancha. Es un dato para tener en cuenta para la revancha. El equipo de Juan Pablo Vojvoda demostró ser muy interesante a la hora de atacar (la precisión en velocidad que tienen sus jugadores es envidiable) pero les resulta fastidioso sentirse presionados y tener que defenderse.
Párrafo aparte para la actuación del árbitro Alexis Herrera, ya que tuvo un pésimo desempeño (Matheus Rossetto debió ser expulsado por doble amarilla tras interrumpir un avance de Central con la mano) donde dejó pegar demasiado, permitió que haya juego brusco y no supo controlar las escaramuzas que hubo en las dos áreas. La Conmebol necesita otro tipo de árbitros para esta clase de encuentros.
Central empató en un partido de trámite muy difícil porque supo reaccionar a tiempo y le mostró a Fortaleza que no la tendrá nada fácil para avanzar a los cuartos de final pese a tener la ventaja de la localía y un invicto de nueve partidos. El momento anímico que está viviendo el plantel desde que asumió Lequi es sensacional ya que Matías encarriló al equipo y consiguió una victoria en el clásico que lo ayuda. La definición está abierta y mucho de lo pase en ella dependerá del Canalla…
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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