Rosario Central mejoró notablemente su juego con las últimas modificaciones tácticas realizadas por Ariel Holan. La reubicación de Malcorra y de Di María no sólo aportaron un mayor rendimiento sino que se se convirtió en un problema para los rivales. La solidez defensiva sigue siendo una de las claves de esta evolución.
Arrancó siendo uno de los grandes candidatos al título debido al gran torneo que había jugado en el primer semestre y a la figura magnética de Ángel Di María, uno de los jugadores más determinantes de la historia de la selección argentina, que había vuelto al club de sus amores para cerrar su exitosa carrera luego de jugar casi veinte años en Europa.
La Acadé picaba en punta junto a River Plate y a Boca Juniors en el análisis previo, pero los hechos no suceden tan linealmente siempre y por un tiempo tuvo que guardar en el ropero el traje de aspirante al campeonato ya que si bien seguía siendo un equipo defensivamente fuerte, no lograba generar situaciones de gol en el área rival.
El Canalla no tuvo un comienzo fácil en el Torneo Clausura ya que venía cargando sobre sus espaldas las eliminaciones ante Huracán por el Apertura y Unión por la Copa Argentina. La gran expectativa que se había generado por la vuelta de Fideo no lograba plasmarse en el campo de juego por diferentes razones sumado a unos árbitros que hacían la vista gorda dejando que los rivales le peguen sin piedad a Di María.
Ariel Holan agotó variantes para que el número 11 pueda jugar sobre la banda para que Di María se integre al equipo sin hacer grandes modificaciones (en este caso solamente era nombre por nombre en lugar de Gaspar Duarte), pero lo cierto es que Ángel no la estaba pasando muy bien ya que siempre le ponían doble marca encima además de los límites que marcaba la línea de cal. ¿Resultado? Fideo no podía desequilibrar a sus marcadores, el equipo no lograba crear situaciones y convertía pocos goles, la mayoría de pelota parada. Algo había que hacer…
Aquí hay que destacar el rol de Ariel Holan para lograr convencer a Ignacio Malcorra de jugar en una nueva posición y que esto iba a redundar en un gran beneficio para el equipo. En el segundo tiempo frente a Atlético Tucumán Nacho ya se había parado al lado de Franco Ibarra para formar el doble cinco, una función que lo obliga a una gran exigencia física, pero que también le brinda la posibilidad de crear juego desde más atrás con un panorama diferente al que tenía como enganche clásico.
«Nacho Malcorra es uno de los jugadores más versátiles que tengo dentro del plantel. Juega bien en cualquier posición del mediocampo»
Ariel Holan en conferencia de prensa post clásico
El jugador ya había aceptado cambiar de posición cuando Miguel Ángel Russo se hizo cargo del plantel en enero del 2023. Ignacio había llegado al club en el mercado de pases anterior y jugaba como extremo, interno o carrilero. Con Miguelo lo hizo de enganche rindiendo en gran nivel, pero ahora el técnico le pedía un nuevo sacrificio para potenciar el rendimiento del equipo y Nacho respondió afirmativamente.
Este cambio de posición permitió que Central vuelva a jugar con el 4-2-3-1 con el cual los jugadores canallas se sienten muy cómodos. Anteriormente, y en busca de soluciones por parte del técnico, lo había hecho con un 4–1-4-1 y con un 4-3-3, pero el verdadero cambio ocurrió cuando sacó de la formación titular a Federico Navarro para retrasar a Nacho a la altura de Franco Ibarra. El otro movimiento que hizo Holan fue correr a Di maría hacia el centro para que juegue como un enganche, aunque con la libertad de flotar y de aparecer por donde quiera.
Di María es un jugador descomunal, de los más competitivos que puede ofrecer el fútbol argentino actual. Su categoría le brota por los poros, Angelito es determinante para este equipo de Rosario Central pese a tener casi treinta y ocho años. Su nivel sorprende a propios y extraños, nadie se esperaba el rendimiento que está mostrando. Es más que evidente que no vino a perder el tiempo…
«Mi ilusión es ser campeón, es el objetivo que tenemos con el cuerpo técnico y con mis compañeros. Tenemos un solo torneo por delante. Es algo muy lindo, que quise hacer antes pero lamentablemente no se pudo dar. Pero eso ya pasó. Estoy orgulloso de todo lo que hice pero esto es más que todo lo que conseguí»
Declaraciones de Ángel Di María durante su presentación
Al correrse Fideo hacia el centro de la cancha, Central ganó en generación ya que se volvió un equipo muy agresivo, aunque aún le falta afinar la puntería en el área rival. El porcentaje de goles que tiene la Acadé es muy bajo comparado con la cantidad de situaciones que crea por partido. Esa es su mayor debilidad pensando en los playoffs, aunque se puede corregir.
Central tiene un plantel psicológicamente muy fuerte para sobreponerse a cualquier adversidad. Le tocó remontar el resultado ante Boca Juniors y River Plate mientras que debió superar un duro golpe como lo fue la lesión de Carlos Quintana ante Gimnasia y Esgrima La Plata. En las tres circunstancias le tocó arremangarse los pantalones y salir adelante.
Y lo hizo de tan buena forma que pudo haberle ganado al Xeneize en ese muy buen primer tiempo que jugó el Canalla (Fideo y Nacho se hicieron un picnic con Battaglia y Paredes) mientras que frente al Millonario estuvo a nada de propinarle una goleada histórica y humillante, como nunca el resultado no se condijo con la realidad.
Otra de repercusiones positivas que tuvo el reacomodamiento en la mitad de la cancha es el notable rendimiento que viene mostrando Franco Ibarra, uno de los mejores volantes centrales de la Argentina. Cuando Cachete jugaba con Navarro a su lado se terminaban anulando entre sí, algo que no sucede ahora debido a que el Lord es un jugador de características opuestas a Ibarra.
El último punto que convierte a la Acadé en candidata es su solidez defensiva. La misma no se alteró nunca pese a los cambios que estuvo obligado a hacer Holan. Central jugó treinta y un partidos este año sumando todas las competencias y sólo le marcaron quince goles, una media de 0,483 por partido. Los grandes equipos siempre se arman de atrás hacia adelante, una ley tan vieja como el fútbol mismo.
Rosario Central tiene un plantel de jerarquía que está entre los mejores del país y sus jugadores responden ante cada desafío que se les presenta. No hubo un sólo partido en la actual temporada donde haya sido superado globalmente, ni siquiera frente a Boca en La Bombonera en lo que fue la actuación más floja del 2025.
El equipo de Ariel Holan es el mejor de la temporada y se convirtió en el principal candidato a ganar el título. Puede hacerlo o no, eso dependerá de las circunstancias, pero no nadie puede negar que llegó hasta aquí por mérito propio y por su juego, ese que le permite soñar en grande.

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Vamos centralito querido
Buena nota gonza
Muy buena nota