Central consiguió un triunfo clave para recuperar la confianza
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El Canalla hizo su parte y le ganó 4-1 a Caracas FC en el Gigante de Arroyito. Este resultado le permitirá pelear por la clasificación ante Peñarol en Montevideo. Rompió una racha de ocho encuentros sin triunfos. Una inyección anímica. Lovera y Módica fueron las figuras.
El equipo de Miguel Ángel Russo debía ganarle a los Demonios Rojos para seguir teniendo opciones de clasificarse a los playoffs de la Copa Libertadores que se disputarán en la segunda parte del año. La Acadé había quedado presa de sus propios errores y ahora debía reaccionar en una situación crítica. Las primeras señales las mandó el propio entrenador rompiendo el doble cinco en una circunstancia donde ya no había nada que cuidar ante la urgencia por ganar.
Lo realizado en la fría noche del jueves en el Gigante de Arroyito le bastó para borrar de la cancha a su rival y recuperar parte de la confianza perdida. Y allí tuvieron mucho que ver los retoques hechos en la mitad de la cancha con Mauricio Martínez como único volante central para recuperar la pelota e iniciar el ataque con un primer pase limpio. Las características más defensivas de Kevin Ortíz no era lo que el partido pedía en la previa y el técnico lo entendió perfectamente.
Se le pudo haber complicado el desarrollo a Central cuando Edwin Pernía se filtró en el área grande y definió cruzado ante un Jorge Broun que estaba frío por la nula actividad que había registrado hasta ese momento pero el arquero respondió magníficamente y evitó un incendio en el estadio auriazul. Su atajada fue clave porque sino el Canalla hubiese tenido que luchar contra sus nervios, su ansiedad y la presión de su público para revertir un resultado desfavorable. Fatu es un arquero que gana partidos y campeonatos.
Central resolvió el partido en apenas cuatros minutos cuando todo se estaba complicando debido a que el gol no llegaba por fallas en la definición y por las buenas atajadas de Wuilker Fariñez. Maxi Lovera se paró frente a la bocha tras una falta previa al Gomito Gómez y la acarició para pasarla por arriba de la barrera e incrustarla en el ángulo superior derecho del arco de Génova. Go-la-zo y a seguir jugando.
Siempre hay que golpear rápidamente a esta clase de equipos más débiles ya que si pueden reaccionar terminan complicando a sus rivales de mayor jerarquía. El Bicho Campaz desbordó por izquierda y mando un centro rasante para la arremetida de Agustín Módica (típica acción de centrodelantero) que puso el 2-0 en apenas treinta y dos minutos de juego. Allí se terminó el partido para Caracas.
Los goles sucedidos en la segunda parte (otra vez Módica y Francesco Lo Celso para el Canalla y Ender Echenique para los venezolanos) sirvieron para decorar el resultado. El 4-1 final sirvió para fortalecer la parte anímica y recuperar parte de la confianza perdida. De yapa encontró en Agustín Módica un centrodelantero que hace goles. El pibe es el goleador de Central en lo que va del año con cuatro tantos y tres de ellos los marcó en la Copa Libertadores.
La Acadé había entrado en una espiral donde sólo había ganado un partido de los últimos siete con cuatro derrotas y dos empates. Pudo romper esa racha negativa (peor de lo que venía jugando no lo iba a hacer) y ahora mira el futuro con un poco más de optimismo porque al menos ya está en la Copa Sudamericana.
Central redondeó una buena actuación basada en la diferencia de jerarquía que existe entre los jugadores de ambos equipos. Su juego puede (y debe) mejorar aún más pensando en la final que jugará contra Peñarol el próximo 28 de mayo en el estadio Campeón del Siglo. La batalla de Montevideo nos hace acordar a los partidos de la vieja Copa Libertadores de los años 60, 70 y 80 y el Canalla está listo para pelear.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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