El equipo de Miguel Ángel Russo cumplió con el primer objetivo al vencer a Inter como local. El equipo no jugó del todo bien aunque se notó una mejoría respecto al partido con Barracas Central. Ibarra fue la figura. La llave está abierta y el Canalla deberá ser inteligente en Brasil.
Este cruce con el Inter de Porto Alegre por la Copa Sudamericana representa un desafío mayúsculo para Rosario Central que al menos en el partido de ida jugado en el Gigante de Arroyito pudo plasmar una diferencia mínima en el marcador que no le garantiza absolutamente nada cuando se enfrenten en el estadio Beira-Río la próxima semana.
La obligación la tenía Central ante un disminuido y herido conjunto brasileño. La vida del Inter estuvo convulsionada los últimos quince días: el despido del Chacho Coudet, la eliminación de la Copa de Brasil ante Juventude y las ausencias inoportunas de algunos jugadores por diversas razones en este primer partido emparejaban un poco esta llave donde el Canalla es el punto y el Colorado es la banca.
El primer tiempo de Central fue más de lo mismo que se viene viendo desde hace rato y cuyas soluciones le están costando encontrarlas a Miguel Ángel Russo. Traslado lento, falta de sorpresa, ausencia de cambio de ritmo (sólo intentaba algo diferente el Bicho Campaz) y con un Lovera intrascendente y un Mauricio Martínez perdido en la cancha era lógico que ni Copetti ni Ruben reciban pelotas de calidad e incluso más de una vez debió retroceder uno de ellos para hacerse de la bocha. Claro que el Inter tampoco hizo demasiado ya que el empate le cerraba por todos lados…
El partido se abrió en el segundo tiempo tras un rechazo larguísimo de Emanuel Coronel, la indecisión que mostró Rómulo para decidir qué hacer con esa pelota y la avivada y la posterior definición de Jaminton Campaz para poner el 1-0 fueron suficientes para que Central comenzase a dominar el partido con cierta claridad y que el mismo se juegue de acuerdo a sus intereses y no como le conviniera al Inter.
A partir de allí mejoró Mauricio Martínez, Jonatan Gómez fue más útil para el equipo que Lovera, Emanuel Coronel (jugó su mejor partido en el Canalla y demostró porqué es titular) y Facundo Mallo fueron baluartes defensivos, Campaz se pareció cada vez más al jugador desequilibrante que irrumpió en el 2023, Franco Ibarra fue el motorcito de la mitad de cancha y del equipo y tanto Ruben como Copetti participaron más del juego y tuvieron alguna chance para desnivelar.
Inter tuvo el empate a su alcance en dos oportunidades pero una tapada fenomenal de Fatu Broun (el mejor arquero del torneo argentino) y una increíble salvada de Ruben en la línea de sentencia lo impidieron. La Acadé también desperdició las suyas ante un rival que dio ventajas defensivas y que deberá tratar de explotar en la revancha,
Central terminó ganando bien aunque sabe que el partido en Brasil tendrá que trabajarlo de otra manera ya que el Inter recuperará algunos jugadores importantes para ese duelo y la presión en el Beira-Río es insoportable para cualquier equipo. La ventaja es Canalla y si el Colorado no mete un gol rápidamente entonces crecerán las chances de Central para avanzar a la siguiente ronda. El equipo de Russo cumplió con su parte e hizo lo que tenía que hacer: ganar.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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