
Desmenuzamos la participación de Ángel Di María ante Boca Juniors pensando en su vuelta a Rosario Central. Lo mejor, lo peor y los detalles que irá corrigiendo con el paso del tiempo. La mejor noticia es que aguantó sin problemas los 77 minutos que jugó.
La novela de la vuelta de Fideo al club de sus amores terminó abrupta y sorpresivamente a fines de mayo con un Fideo que se dará el gusto de vestir nuevamente la camiseta auriazul. Por un ratito me voy a abstraer de la felicidad que embarga a los hinchas de Central y del ruido mediático que provocó esta decisión para concentrarme en el juego: ¿este Di María que jugó contra Boca podrá marcar diferencias en un futbol tan físico como el nuestro?
La respuesta es un tanto compleja y encierra varias aristas para analizar. La capacidad futbolística de Fideo no está en duda sino su tiempo de readaptación al balompié vernáculo por un lado y la respuesta de un cuerpo que fue castigado con lesiones varias desde su debut en primera por otro. Sin ir más lejos, este año tuvo cuatro lesiones en Benfica lo cual abre una serie de interrogantes sobre su futuro en Rosario Central aunque tiene todo a su favor para destacarse. Lo bueno es que le pegaron bastante los jugadores del Xeneize y que aún así Angelito jugó durante setenta y siete minutos sin ningún tipo de problemas.
Su talento es increíble, no por nada es el jugador más influyente de la historia de la selección argentina en finales con goles y actuaciones destacadas. Claro que los años pasan y el físico comienza a pasar factura pero Angelito tiene un gran poder de resiliencia para hacerle frente a los momentos complicados.
En Benfica, contando el partido por el Mundial de Clubes ante Boca Juniors, tuvo unos números difíciles de alcanzar en nuestro fútbol durante la temporada 2024/25 que son la envidia de cualquier jugador club rival: dieciséis goles y veinticinco asistencias en cuarenta y dos encuentros disputados.
El encuentro frente al Xeneize podía ofrecer una pauta más exacta sobre el nivel de Angelito para jugar y ser figura en el fútbol argentino, por eso se tomó en cuenta este partido y no los próximos que jugará Benfica ante Auckland City y Bayern München por razones obvias. Estas conclusiones dejaron el análisis del match ante el equipo de nuestro país por el Mundial de Clubes:
- está volviendo de una lesión y por lo tanto aún le falta un poco de ritmo de competencia
- es final de temporada europea
- mentalmente ya tiene la cabeza puesta en Central, es como que sólo le interesa cumplir el contrato con Benfica y nada más
- metió un gol, casi hace otro olímpico, tiró buenos centros, mostró movilidad y aguantó bien físicamente los 77 minutos que jugó
- tendrá que hacer una buena pretemporada luego de un pequeño descanso para recargar energías y que su vuelta sea el mejor regreso de la historia de nuestro fútbol
- es por lejos el mejor jugador del Benfica, tiene una pegada exquisita y no se esconde nunca. Contra el Xeneize se mostró siempre para ser la principal alternativa de ataque de su equipo, en Central puede distraer a los rivales con la cantidad de marca que le pongan (mínimo serán dos) para que sus compañeros queden libres
- tendrá que agarrar un poco más de ritmo y cuando se readapte a nuestro fútbol va a andar bien. Muchas críticas provienen de hinchas que aún están enojados porque no vino el año pasado (para este escriba el momento ideal para volver era en 2024, ahora su regreso es un misterio a descubrir)
- sigue siendo guapo a la hora de jugar: no lo achican los golpes y siempre intenta gambetear y jugar.
Rosario Central tiene un muy buen plantel que al menos desde la teoría se verá potenciado por la llegada de Ángel. Y su actuación frente a Boca Juniors reafirma esta percepción. Dicho de otro modo, este Fideo sí le sirve a Central.

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