Rosario Central y Newell´s Old Boys se enfrentaron en el Gigante de Arroyito por la Copa de la Liga 2023. La Lepra llegaba peleando los primeros lugares de su zona mientras que la Acadé lo hacía muy mal. Este encuentro definió el futuro inmediato para ambos.
Las imágenes aún están muy frescas en las retinas de los hinchas del Canalla porque al momento de escribir esta nota pasaron prácticamente cinco meses aunque haya corrido demasiada agua bajo el puente. Y el resultado de este partido tuvo consecuencias tanto dentro como fuera de la cancha.
El equipo dirigido por Miguel Ángel Russo no daba pie con bola hasta ese momento ya que había disputado seis partidos con un saldo de una victoria, dos empates y tres encuentros perdidos. No generaba juego, extrañaba horrores a Alejo Véliz, tenía lesionados a jugadores como Nacho Malcorra y estaba último en la tabla de posiciones con cinco puntos.
Por el lado de Newell’s la hoja de servicios indicaba que se había quedado con los tres puntos en dos ocasiones, en otras dos había hecho tablas y que había mordido el polvo de la derrota en otras dos oportunidades por lo cual estaba peleando por uno de los lugares a los playoffs.
El clásico rosarino tiene una carga emocional tremenda y lo que suceda en esos noventa minutos de juego determinará el futuro inmediato de ambos equipos. Ni Central ni Newell’s quedan impunes a lo que suceda y por lo general deben lidiar con ello (claro que hay excepciones a ese análisis) durante el resto de la temporada.
El envión anímico que significó para el plantel auriazul el resultado de este partido fue enorme. Recién se jugaba la fecha 7 del torneo y aún quedaban siete encuentros más para buscar la clasificación a las instancias finales de la Copa de la Liga.
Y no sólo que el Canalla pasó agónicamente a los cuartos de final sino que se sacó de encima de manera épica a Racing y a River Plate. ¿Cuantas veces en la historia Central le ganó dos partidos seguidos al Millo?
Un encuentro intenso
El partido fue entretenido durante casi todo su desarrollo. Central generaba algunas situaciones de gol mientras que Newell’s Old Boys estaba cómodo con el trámite del encuentro salvo en algunos segmentos donde era superior. Un empate en el Gigante era un buen negocio para la Lepra ya que venía de caer en sus últimas dos presentaciones frente a Racing y a Estudiantes.
Por el lado del Canalla las urgencias eran otras ya que necesitaba sumar puntos para comenzar a salir del fondo de la tabla y para acercarse a los líderes. En ese momento era una utopía soñar con clasificar a las instancias finales de la Copa de la Liga por el bajo nivel mostrado por el equipo hasta allí.
Miguelo decidió hacer un doble cambio a los 54 minutos de juego que tuvo gran incidencia en la definición del encuentro. Adentro Luca Martínez Dupuy y Nacho Malcorra, afuera Tobías Cervera y Agustín Toledo.
Este tipo de cambios son para tratar de ganar partidos. Malcorra volvía de una lesión (llegó muy justo a este encuentro) y por ello era una incógnita su rendimiento ya que le faltaba ritmo de competencia.
Su entrada coincidió con el mejor momento de Newell’s en el partido aunque entre Nacho y Lovera comenzaron a manejar más la pelota y aprovechar los espacios que dejaban los jugadores rojinegros en la retaguardia.
Luca Mártínez Dupuy se movía entre los centrales de la Lepra y luchaba todas las bochas que le llegaban. El mexicano es muy hábil a la hora de pivotear y de aguantar de espaldas al arco. Y cuando la jugada le queda de frente saca a relucir toda su potencia física que lo convierten en un tractor.
Nacho decidió pasar a la historia
Minuto 81. Maxi Lovera mete un pase profundo para Luca Martínez Dupuy quien deja de pivotear y gira para desairar a Gustavo Velázquez e irse hacia el arco defendido por Lucas Hoyos pero el defensor paraguayo lo frena mediante un tackle que le valió una tarjeta amarilla.
Luego de la enésima trifulca de la tarde donde fueron amonestados Facundo Mallo y Jorge Recalde se procedió a ejecutar la falta. Ignacio Malcorra se paró como un rugbier frente a la pelota, Lucas Hoyos se volcó demasiado sobre su palo derecho para evitar que el 10 de Central le patee allí pero Nacho tenía otros planes…
Lo cierto es que el zurdazo que Malcorra clavó en el ángulo superior izquierdo de Lucas Hoyos liberó tensiones, le dio confianza al equipo y abrió un escenario completamente insospechado antes del encuentro: sacarse de encima las dudas y clasificar a los playoffs. El canalla terminó hilvanando una racha de diez partidos invictos que le valieron un título mientras que Newell’s sintió el impacto y no pudo clasificarse a los cuartos de final.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central.
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