Otro empate que deja más dudas que certezas

Rosario Central empató 1-1 con Talleres de Córdoba y sumó su sexta igualdad en el campeonato. En el Gigante ganó un solo encuentro. Di María fue la figura. La desesperación del segundo tiempo lo transformaron en un equipo amorfo.

La Acadé dejó pasar una gran oportunidad para engancharse en los puestos de vanguardia de la zona B del Torneo Clausura al empatar ante Talleres. El rendimiento del primer tiempo fue aceptable mientras que en en la segunda etapa decayó notoriamente su desempeño y se vio un equipo perdido y deformado en su estructura donde prevaleció la acumulación de hombres por sobre la idea de juego.

Un triunfo ante la T lo catapultaba al quinto lugar de la tabla con un partido menos pero no pudo recuperarse del gol de Talleres en la comienzo del segundo tiempo y a partir de allí todo fue nerviosismo, apuro y desconcierto acentuados por las dos acciones que derivaron en la intervención del VAR: el gol en contra de Matías Catalán anulado por offside de Gaspar Duarte y el penal que dio Lobo Medina por una infracción al número 27 que se revocó correctamente transformando la acción en un tiro libre y en la expulsión de Navarro.

Central salió decidido a buscar el partido ante un rival que sólo se limitó a achicar espacios hacia atrás para salir de contra y a hacer tiempo desde los primeros cinco minutos de juego ya que un empate era un buen resultado teniendo en cuenta que jugaba como visitante ante uno de los mejores equipos del año. Y el Canalla jugó una buena primera etapa en la cual fue muy superior a la T que apeló al juego brusco para frenar a Fideo principalmente con la anuencia del impresentable Luis Lobo Medina.

El árbitro dejó que Talleres pegue demasiado y que haga tiempo en exceso (¿comenzó a rendir frutos la actitud totalmente servil y carente de dignidad de Andrés Fassi?) sin ponerse colorado. Las intervenciones del VAR demoraron casi diez minutos y si a esos se le suman los cambios y otras detenciones, Lobo Medina debió haber adicionado cerca de veinte minutos, pero este pésimo referí decidió descontar once minutos en total y llegar a su casa para la hora de la cena…

Pese a eso el primer tiempo fue ilusionante con Malcorra plantado al lado de Ibarra para manejar los hilos del equipo y con Angelito ligeramente recostado sobre la derecha, aunque sin llegar a jugar por la banda salvo en ocasiones como en el gol cuya jugada fue una delicia ya que luego de superar a su marcador tiró el centro para Alejo con su pierna derecha y el número 9 hizo lo que hay que hacer en esas circunstancias: la paró de pechó y sacó un remate de media vuelta seco que dejó parado a Herrera para abrir el marcador.

El 1-0 parcial le daba cierta tranquilidad al equipo para los segundos cuarenta y cinco minutos, pero Central salió desconcentrado y la T se lo empató enseguida por medio de Valentín Depietri tras una pésima cobertura de Emanuel Coronel. Allí comenzó otro partido donde el Canalla debía jugar contra el reloj además del árbitro y su rival. Enseguida llegaron las dos acciones del VAR que sumieron en un nerviosismo aún mayor a los players auriazules que comenzaron a jugar con desesperación.

Todo fue confusión desde ese momento y los cambios que hizo Ariel Holan sólo buscaron acumular hombres en la delantera pero sin una idea de juego. A esa altura el único que jugaba con claridad era Angelito Di María quien no se achicó en ningún momento pese a la cantidad de faltas que recibió durante todo el encuentro y al que Holan dejó sin su socio (Malcorra) para crear juego. Es muy interesante ver esta variante con Nacho de doble cinco para arrancar desde atrás con claridad y con Fideo armando juego en lugar de estar estacionado sobre una banda y ser presa fácil de sus marcadores.

Central no pudo ganar y sumó su quinto empate en este torneo en el Gigante de Arroyito lo cual lleva a pensar si al Canalla le conviene clasificar dentro de los cuatro primeros para jugar de local en octavos y tal vez en cuartos o si por el contrario no será mejor hacerlo del quinto puesto para atrás para definir como visitantes en otras canchas donde los rivales no se metan tan atrás. Lo cierto es que por ahora sigue en deuda con su gente.

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