Ignacio Malcorra aceptó jugar en un nuevo puesto sobre el final de su carrera para sacar a Fideo de la banda. Su retroceso fue clave para la levantada del equipo.
Este muchacho jugó en casi todos los puestos del mediocampo a lo largo de su trayectoria. Comenzó como carrilero, más tarde jugó de extremo y también lo hizo de interno, pero los desafíos más grandes llegaron con la camiseta de Rosario Central ya que debió jugar en otros puestos a pedido de sus entrenadores.
Miguel Ángel Russo se hizo cargo nuevamente de la dirección técnica de Central a fines del 2022 y le pidió que juegue de enganche para que Leandro Campaz pueda jugar sobre la banda izquierda. El Lord había llegado unos meses antes al club por pedido de Carlos Tévez para jugar por ese sector. Aceptó el reto y se transformó en el conductor del equipo que ganó la Copa de la Liga 2023 jugando en gran nivel.
Luego de jugar durante dos años y medio allí, le llegó una nueva propuesta por parte de Ariel Holan: retroceder hasta la posición de doble cinco. Este cambio se debió a la idea del Profesor de sacar a Fideo de la banda derecha para que juegue suelto por el medio sin prescindir de los servicios de Nacho, un jugador fundamental para este equipo que no estaba atravesando su mejor momento.
Holan primero lo hizo mediante un 4-4-2 y más tarde volvió al 4-2-3-1 con el que juega actualmente. Nacho demostró un gran compromiso con el grupo al aceptar el reto ya que debía jugar en una posición que demanda un gran esfuerzo físico para cumplir con la parte defensiva.
Ignacio tiene 38 años recién cumplidos y está en el tramo final de su carrera. Esto le da doble mérito a su predisposición para jugar en un puesto que no conocía y que lo obliga a tener un mayor compromiso defensivo con la consiguiente merma de energía, aunque ello no se nota en la cancha.
Su misión primordial es darle una salida limpia y clara al equipo desde el fondo para que la pelota le llegue inmaculada a Di María además de seguir creando juego (el cerebro de Central sigue siendo él) y adelantarse cuando la pelota es patrimonio auriazul. A todo ello hay que sumarle el aspecto defensivo qué lo obliga a estar atento para no dejar ningún espacio sin cubrir.
Franco Ibarra es el encargado principal de recuperar la pelota, es el típico volante central de marca con buen pie. Desde que Holan sacó de la formación titular a Federico Navarro, el rendimiento de Cachete creció exponencialmente. Esto se debe en parte a la ayuda (y al hecho de ser jugadores con características diametralmente opuestas) que recibe por parte d Malcorra.
El número 10 no escatima esfuerzos a la hora de cubrir espacios y recuperar pelotas. Frente a Platense cortó una contra barriendo como un zaguero central en el primer tiempo que fue retribuida con una ovación. Marca y presiona con una naturalidad que sorprende. Ariel Holan no ahorra elogios para él:
«Nacho es uno de los jugadores versátiles que tengo dentro del plantel, juega bien en cualquier posición del mediocampo»
Ariel Holan en la conferencia de prensa post clásico
Central mejoró notoriamente su rendimiento desde que Malcorra aceptó la propuesta de Ariel Holan potenciando al resto de sus compañeros. El técnico auriazul no lograba sacar a la Acadé del pozo en el cual había caído (o estancamiento en su juego) a fines del torneo anterior. Este reacomodamiento permitió ver la mejor Acadé del año con jugadores mostrando un rendimiento descomunal y con un Fideo en llamas.
Malcorra es un camaleón futbolístico (algo de que sólo los crack pueden presumir) ya que vino para ser extremo, se reconvirtió en enganche, es la cara de la superioridad que muestra Central en el clásico y juega donde lo ponen sin quejarse. Cambió de posición y volvió a brillar. La mejor noticia para Rosario Central es que su titiritero se reinventó y que está dispuesto a dejarlo todo por un nuevo título.

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Grande lord!