Crónica de un cumpleañitos
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Rosario Central le ganó 1-0 a Sarmiento de Junín con gol de Sández. El Canalla siempre fue más sin jugar bien pero le pesó la carga emotiva que arrastraba del clásico. Sigue puntero e invicto.
El partido post clásico siempre es tan complicado de jugar como el derby mismo debido a la carga emocional que portan los jugadores en las semanas previas. Esa adrenalina no se baja en un puñado de días y debido a ello es que el siguiente juego se transforma en una trampa de la cual Central no sabe salir. Y esa era la primera consigna de Ariel Holan para este match ante el Verde de Junín: abstraerse de todo y ganar como sea sin importar si se jugaba bien.
Se imaginaba que el recibimiento para el equipo iba a ser inolvidable y que el mismo podía afectar psicológicamente a los jugadores ya que no es para cualquiera semejante muestra de reconocimiento y afecto. Si a la fiesta desatada en las tribunas se le suman la cantidad de interrupciones que tuvo el juego entonces puedo afirmar sin temor a equivocarme que el Canalla se dejó llevar y que se metió de lleno en el cumpleañitos luego de los primeros diez minutos del partido.
Consciente o inconscientemente los jugadores se sumaron a la fiesta y el partido se le hizo cuesta arriba a Central ante un equipo que recién pateó su primer tiro al arco de Fatu a los cinco minutos del segundo tiempo. La Acadé, sin jugar bien y con la cabeza en otro lado, controló a un pobre rival que nunca puso en riesgo la victoria y que es un serio candidato al descenso.
El Canalla liquidó el pleito rápidamente por medio de Agustín Sández tras una asistencia palmeana (Negro querido, cuanto te extrañamos) de Santiago López para Nacho Malcorra que desbordó por la izquierda tirando un centro bajo para la atropellada de Gusa. El pibito López tiene cosas de crack y si El Profesor logra encausar sus inconductas entonces será un gran jugador, solamente depende de él porque condiciones le sobran.
Central jugó poco y corrió mucho para tener el control del encuentro aunque el ritmo lento de Sarmiento lo ayudó para no desordenar se y transformar en figuras a Juan Cruz Komar, Agustín Sández y Federico Navarro. El resto del equipo cumplió mientras que los destellos de buen fútbol aparecieron cuando Malcorra (erró un gol increíble, era un penal con la pelota en movimiento) lograba juntarse con Campaz o López.
El rendimiento del equipo no fue el mejor (objetivamente fue el peor partido de la era Holan) pero no es preocupante, lo sería si muestra este juego ante contrincantes de mayor peso como Boca, Talleres, River, San Lorenzo o Independiente que deberá enfrentar en condición de visitante salvo el Rojo que vendrá al Gigante de Arroyito en la última fecha.
Párrafo aparte para Luis Lobo Medina que tuvo un arbitraje espantoso. Todas las chiquitas, dudosa y divididas las cobró en contra de Central sin ponerse colorado. Fue realmente extraño (nadie sabía que pasaba aunque la mayoría de los colegas temía un penal en contra de Central) cuando se acercó al VAR y decretó la expulsión de Juan Manuel Insaurralde por un golpe a Sández. El resto de sus fallos fueron lamentables y buscando inclinar la cancha sobre el arco de Fatu Broun.
El fútbol argentino es muy competitivo y cada partido conlleva un grado de dificultad diferente. Central ganó ante un rival limitadísimo sin mostrar buen fútbol y con jugadores cuya mente estaba más ocupada en los festejos que en el desarrollo del encuentro. Tenía que ganar y ganó, el resto por ahora es solamente anecdótico.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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