
A quince años del descenso de Rosario Central repasamos la manera en que este afectó a los hinchas y a los cimientos del club. La Acadé era un gigante dormido que necesitaba un sacudón extremo para despertarse.
No fueron tiempos fáciles aquellos que la Acadé debió atravesar desde el 2007 hasta el 2013. En ese lapso hubo intervención judicial al club, promoción, descenso y tres interminables años en la B Nacional. Los hinchas del Canalla envejecieron cincuenta años en apenas seis vueltas al sol…
Rosario Central era un gigante dormido que se había acostumbrado a la mediocridad en parte de los años 90 y en la primera mitad de la década del 2000. El campeón de la Conmebol 95, el equipo de Miguelo de 1997-98, el de Bauza de 1999-2001 y el Russo del 2003 fueron las excepciones que confirman la regla. ¿Títulos? Sólo la Conmebol 1995, muy poco para una institución como Central.
Cuando llegó el día tan temido hasta el cielo lloró con los hinchas auriazules, Central perdió 3-0 con All Boys y su suerte quedó sellada: lo esperaba la B Nacional luego del mundial de Sudáfrica. No fueron tiempos fáciles pero los fanáticos fueron en masa a la sede de calle Mitre para asociarse. Rosario Central hizo más de cinco mil nuevos socios en esos momentos.
El camino fue arduo y colmado de dificultades. Por diferentes razones el Canalla no pudo ascender en el 2011 y en 2012 por lo que el presidente Norberto Speciale convocó a Miguel Ángel Russo con la misión más compleja de todas: devolver a Central a primera. Miguelo cumplió con lo encomendado y un 19 de mayo de 2013 la Acadé regresaba a la élite del fútbol argentino tras golear 3-0 a Gimnasia y Esgrima de Jujuy en el estadio 23 de agosto.
Refundar un club y sacarlo de la mediocridad no se hace de un día para otro. Russo lo sabía perfectamente y para que su plan funcione, que Central no vuelva a sufrir con el descenso, debió estabilizar al equipo en primera. En ello se fueron la segunda parte del 2013 y todo el 2014. Allí sentó las bases de la megapaternidad sobre Newell’s Old Boys y el futuro lució un poco menos complicado.
Con Eduardo Coudet el equipo jugó el mismo fútbol vistoso de la época del legendario Ángel Tulio Zof pero fue escandalosamente choreado en las finales de la Copa Argentina 2015 y 2016. Los títulos llegaron de la mano de Edgardo Bauza en el 2018 y de Miguelito en el 2023, tras ganar una Copa de la Liga donde Central había entrado por la ventana a los playoffs.
Haber hablado del futuro brillante que le esperaba a Rosario Central hace quince años atrás sonaba lisa y llanamente a ciencia ficción. Está más que claro de que el club no se refundó en un solo día y que el descenso sirvió para despertar a la Acadé de la larga siesta que estaba durmiendo (¡veintitrés años sin salir campeón!).
El cambio de paradigma es elocuente ya que el hincha cambió su manera de pensar y ahora quiere títulos regularmente. Y eso se celebra siempre porque para ser grande hay que demostrarlo siempre. Y ese es el camino que eligió Rosario Central.

Las redes de EDDC
YouTube
X
Descubre más desde El diario de Central
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.