El entrenador de Rosario Central debe mostrar liderazgo y tomar decisiones respecto a los jugadores y al sistema táctico con el que jugará en el futuro. Hasta ahora es más de lo mismo. Él tiene la posibilidad de cambiar este presente nefasto.
Su ciclo comenzó con todo pero se fue desinflando como un globo de cumpleaños a medida que se sucedieron los partidos. Lo que parecía una brisa de aire fresco quedó apenas como un soplido. Ahora deberá relanzar su campaña donde aún las matemáticas le dicen que su equipo puede pelear por un lugar en la Copa Sudamericana 2025 aunque el rendimiento demostrado en el 2024 indique que pensar en clasificar a un torneo continental es una quimera.
Al principio de su mandato se entendía y hasta se justificaba que no tome grandes decisiones ya que era un técnico interino hasta que llegue alguien de afuera y tome las riendas del plantel. Nada de eso sucedió ya que el Chacho Coudet, Vitamina Sánchez y los Mellizos Barros Schelotto se bajaron por diferentes motivos y debido a ello y la buena impresión que había dejado es que el 29 de agosto se lo ratificó como entrenador del equipo sin plazos de finalización para su vínculo.
Allí debería haber cambiado todo pero el equipo comenzó a mostrar síntomas de retroceso respecto a lo que se había visto en sus primeras presentaciones. Indudablemente el triunfo en el clásico ayudó a que los dirigentes lo vean como una opción potable ante la negativa de otros entrenadores para hacerse cargo del equipo. Estos son los números del ciclo Lequi:
- nueve partidos jugados
- tres triunfos
- dos empates
- cuatro derrotas
- obtuvo once puntos sobre veintisiete en disputa, el 41 %
El entrenador deberá mostrar su liderazgo y ser consistente en sus decisiones porque la situación actual del equipo está siendo muy difícil de revertir actualmente. Poco cambió desde la salida de Miguel Ángel Russo, apenas la salida desde el fondo ya que ahora se tiene menos la pelota en esa zona y se juega al pelotazo para buscar la segunda jugada y presionar más arriba.
Lequi deberá elegir a los jugadores que mejor representen su idea incluyendo a algunos juveniles. Juan Giménez pagó su error ante Talleres perdiendo el puesto pero Miguel Barbieri, su reemplazante, no aportó ninguna solución ni demostró porqué debía ocupar su lugar. ¿Candidatos para darles rodaje? Samuel Beltrán, Thiago Ponce y Gaspar Duarte entre otros.
Su trabajo será evaluado en diciembre pero si quiere seguir en el cargo en el 2025 entonces deberá arriesgar más en sus decisiones para sacar a Central del pozo. El hincha cambió su percepción y ya no sólo demanda ganar clásicos (la paternidad del Canalla se agrandó de manera pornográfica desde el 2013) sino que también exige un equipo competitivo que pueda darle títulos y clasificaciones a las copas. Y para eso se necesita un técnico que esté a la altura de esas exigencias.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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