
La reubicación de Angel Di María y de Ignacio Malcorra dentro del campo de juego se traduce en un mayor diálogo futbolístico entre los dos hombres más talentosos del Canalla. Comenzaron bien, pero aún hay mucho margen de mejora.
El principal desafío que Ariel Holan tenía por delante era encontrarle un lugar en la formación titular a Ángel Di María sin resentir demasiado la estructura. Primero probó poniéndolo como extremo por derecha, pero Fideo se sentía incómodo y limitado tanto por la línea de cal como por los marcadores que le colocaban los técnicos rivales para neutralizarlo ya que siempre era marcado por dos hombres para poder anularlo.
Angelito quedaba totalmente aislado ya que Malcorra (en ese momento era el armador del equipo) prefería volcar el juego sobre la izquierda para asociarse con el Bicho Campaz mientras que el número 11 solamente dialogaba futbolísticamente con Enzo Giménez, quien se había adueñado del lateral derecho. Di María se sentía incómodo, pero nunca hizo un gesto de más o discutió acaloradamente con sus compañeros en pleno partido. Como dicen en el barrio, se la recontra bancó.
El Profesor decidió cambiar de esquema luego del empate ante San Martín de San Juan y pasó del 4-2-3-1 inicial a un 4-4-2 bien marcado con dos delanteros definidos (para que ello suceda entró Enzo Copetti por Federico Navarro) donde Fideo arrancaba como ocho con la obligación de hacer la banda al momento de defender, pero en ataque hacía la diagonal hacia dentro para pararse casi como un diez mientras Nacho Malcorra se retrasaba unos metros para conformar el doble cinco con Franco Ibarra. A partir de ese momento se vio a un Fideo más incisivo y con un mayor contacto con la pelota.
Holan decidió darle una vuelta de tuerca más al esquema luego del partido con Newell’s Old Boys ya que decidió volver al 4-2-3-1 que había dejado de lado en el segundo tiempo ante Atletico Tucumán (allí se paró por primera vez Malcorra como doble cinco), Deportivo Riestra y la Lepra. Para ello sacó a Enzo Copetti, retrasó a Nacho para que juegue al lado de Ibarra, corrió a Ángel al centro para jugar como diez y puso como extremo por derecha a Gaspar Duarte o Santiago López.
Malcorra pasó a ser el encargado de iniciar la jugada limpia para que la pelota le llegue inmaculada a Di María en tres cuartos de cancha y que pueda crear. Ignacio también aprovecha los espacios que le deja Fideo para subir y conducir en lo que sería una especie de doble comando. Así volvieron locos a los volantes de Boca Juniors (Rodrigo Battaglia y Leandro Paredes) durante el primer tiempo del partido que empataron en el Gigante de Arroyito. Toda la prensa porteñocéntrica habló del segundo tiempo que jugó el volante de la selección, pero hizo mutis por el foro con la labor de Ángel y de Nacho en la primera etapa ante el Xeneize.
El número 10 también cumple funciones defensivas ya que se para prácticamente a la par de Franco Ibarra para tapar espacios y marcar rivales, retrocediendo siempre. Ariel Holan había manifestado en la conferencia de prensa post clásico que Nacho es un jugador muy versátil y que este desafío lo iba a superar. Lo cierto es que el volante a sus 38 años le dio una vuelta de rosca a su carrera para mantenerse competitivo.
Fideo ganó protagonismo con estas modificaciones ya que al jugar por el medio comenzó a tener más participación en la creación y su gambeta sirvió para desequilibrar además de poder asociarse con Malcorra de una manera más natural. Contra Boca y Talleres lo hicieron bien en el primer tiempo, aunque Fideo quedó muy solo para jugar cuando salió Nacho ante la T y el equipo quedó parado con un 3-1-1-5 inexplicable en el cual se terminaron amontonando en el área de Guido Herrera Alejo Véliz, Enzo Copetti y Carlos Quintana.
Di María es muy inteligente para encontrar espacios en esta nueva posición ya que por allí no se para como un diez clásico, sino que va moviéndose por donde pueda escaparse de sus marcadores para crear juego y para que Malcorra lo acompañe desde más atrás. Fideo tiene una pegada exquisita en la pelota parada, pero además le sumó la creación de juego. Ya no es el extremo que hizo delicias en Europa, aunque esta versión recargada invita a soñar.
Falta mucho trabajo para que Rosario Central vuelva a ser un equipo peligroso en ofensiva, pero estas soluciones que ensayó Holan debieran permitirle hacer crecer el rendimiento general individual y colectivo del plantel. El primer paso ya lo dio, encontrarle una posición y un socio a Fideo, para el resto deberá seguir laburando pero todo se tendrá que construir alrededor de ellos dos.

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Excelente nota Gonza
Habrá que meterle. Y pasar el momento de bajón .Si algo de aprende en la vida lo único que no tiene solución es la muerte. Hablando y metiéndole se puede revertir alguna situación agridulce del equipo. Muy buena nota Gonza