El título conseguido por la Acadé, el regreso a primera en el 2013 y los resultados en el clásico catapultaron al técnico a la categoría de ídolo pese a no haber nacido futbolísticamente en el club. Los paralelismos con el legendario Ángel Tulio Zof y porqué Russo tomó su legado.
El eterno romance entre Miguel Ángel Russo y Rosario Central nació en 1997 cuando se hizo cargo del primer equipo reemplazando nada menos que a Ángel Tulio Zof, el máximo prócer de la historia de la institución de Arroyito.
No fue un amor a primera vista ya que al principio el hincha lo miró con recelo hasta que el 23 de noviembre de 1997, apenas cuatro meses después de haber asumido su cargo, sucedió un hecho que quedó grabado a fuego y que trascendió a los dos clubes de nuestra ciudad: el día del abandono.
La imagen de Miguel revoleando el saco tras vencer categóricamente a su archirrival por 4-0 con abandono incluido es el inicio de este amor incondicional que llega hasta la actualidad. Semejante hazaña es motivo de orgullo para los Canallas y de vergüenza para los hinchas de Newell’s.
A partir de allí hubo otros momentos en los cuales el ex jugador de Estudiantes de La Plata y de la selección argentina volvió al club de Arroyito para darle una mano. Lo hizo en la temporada 2003-2004 cuando salvó a Central del descenso (¿qué hubiera pasado si la dirigencia no vendía a Luciano Figueroa y al Chelito Delgado?) y lo llevó a la Copa Libertadores.
Regresó para esquivar un final anunciado en la Promoción del 2009 (Miguelo había ganado la Copa Libertadores con Boca en el 2007 y no dudó en regresar a Central) y Norberto Speciale lo llamó para ponerle fin al sufrimiento de la B Nacional, tal vez su logro más trascendente en este club. ¿Por qué?
Porque difícilmente la institución de Arroyito gozaría de este presente tan promisorio si Miguelo no detenía esa hemorragia de frustraciones en el 2013. La situación era más que delicada ya que otro año más en la segunda categoría del fútbol argentino le acarrearían a Central problemas difíciles de resolver.
Siguiendo los pasos de don Ángel
Rosario Central tuvo grandes técnicos a lo largo de su historia siendo los más destacados Miguel Ignomiriello (armó la estructura a fines de los 60 para que el Canalla pueda pelear títulos), Ángel Labruna (ganó el Nacional 1971), Carlos Timoteo Griguol (campeón en el Nacional 73), Edgardo Bauza (dos títulos como jugador y uno siendo DT) y el más importante de todos, Ángel Tulio Zof.
Justamente el recorrido de Russo es muy parecido al del prócer Canalla nacido en el club aunque la filosofía futbolística de ambos estén en las antípodas. Zof era amante del juego lírico y sus equipos se caracterizaban por tener muchos jugadores de buen pie. Ganó nada menos que tres títulos (Nacional 80, Torneo 1986/87 y la Copa Conmebol 1995) pero siempre que Central lo necesitó estuvo ahí.
Dirigió al club de Arroyito en ocho ciclos diferentes a lo largo de treinta y seis años. Miguelo lleva nada menos que cinco etapas en veintisiete años. Russo también estuvo cerca del club que adoptó como propio y por eso decidió hacerse cargo del mismo en el peor momento de su historia.
La Acadé venía de perder el ascenso a primera de manera increíble en el 2012 ya que llegó a la última fecha con posibilidades de ascender pero perdió con Desamparados de San Juan y más tarde con San Martín de la misma provincia por la promoción. Central no podía permitirse otro año en la B Nacional y por ello la dirigencia fue a buscar a Miguel.
Transformándose en ídolo
Miguelo ya era un indiscutido en Central cuando se hizo cargo del periplo que desembocó con el regreso a primera en el 2013 pero lo que sucedió a partir de allí fue directamente demencial ya que parece salido de un cuento del querido Negro Fontanarrosa.
Primero estabilizó al equipo en la máxima divisional del fútbol argentino, lo clasificó de nuevo a una copa y comenzó la racha positiva del Canalla frente a Newell’s Old Boys (esta es la crónica del malcorrazo). La misma está compuesta por doce triunfos de Central (cinco los consiguió Russo), seis empates y apenas dos derrotas en veinte partidos.
A su vez el entrenador tiene una marca que asusta: disputó doce clásicos como DT de la Acadé y no perdió ninguno obteniendo siete triunfos y cinco empates. Es más, desde el regreso a primera de Central en el 2013 ganó todos los partidos frente a la Lepra y empató sólo un encuentro.
Todo ello llevó a que las nuevas generaciones de hinchas de Rosario Central lo idolatren tal como alguna vez le pasó a mi generación con el legendario Ángel Tulio Zof, sin dudas ellos dos son los ángeles de la guarda que siempre cuidarán a Central y eso es algo invaluable.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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