Gonzalo Belloso y Miguel Ángel Russo no quieren vender a ningún jugador que forme parte de la columna vertebral del equipo hasta el próximo mercado de pases salvo que llegue una oferta millonaria por alguno de ellos. Los casos de Mallo, Campaz y Oviedo. Buscan jerarquizar al plantel.
Históricamente Rosario Central desarmó parcial o totalmente sus planteles a lo largo de los años. Para encontrar años de estabilidad de los mismos hay que remontarse a la década del 70 cuando en 1976 el Canalla se desprendió de Mario Alberto Kempes por U$S 600.000 de la época vendiéndolo al Valencia de España. Puede decirse que allí comenzó esa política de desarmar buenos equipos.
Recuperarse de una figura de la jerarquía del Matador le llevó cuatro años a la Acadé ya que recién volvió a salir campeón en el Nacional 80 luego de siete años de sequía. Antes de esa venta el equipo siempre era más o menos el mismo, basta con ver los nombres de los campeones de los nacionales 1971 y 73. Luego de Kempes vinieron otras ventas que resintieron a los equipos de aquellos años siendo la más emblemática la de Edgardo Bauza al Junior de Barranquilla en 1983 que fue uno de los detonantes del descenso de 1984.
En 1987 el escribano Víctor Vesco vendió a Omar Arnaldo Palma a River Plate luego de que el Canalla ganara el mejor campeonato de la historia del fútbol argentino. Habiendo visto a ese equipo te puedo asegurar que si el Tordo se quedaba en Central, la Acadé ganaba la Copa Libertadores de ese año. Ni hablar en el 2003 cuando el club agobiado por las deudas regaló al Chelito Delgado y a Lucho Figueroa.
Ahora se busca ponerle fin a esta situación histórica que lo único que logró es que la Acadé no gane más títulos. Gonzalo Belloso y Miguel Ángel Russo conocen perfectamente lo que cuesta armar planteles permanentemente y hacer que funcionen. Entienden que la mejor inversión para Central es tener una cierta estabilidad en el armado del plantel y que las incorporaciones sean de calidad para enriquecer al mismo.
La comisión directiva no rechazará una venta en caso de que esta sea conveniente para el club. Es el argumento que se utilizó para decirles que no a Vélez Sarsfield por Facundo Mallo y al Lausanne de Suiza por Fabricio Oviedo y para desestimar los sondeos por Jaminton Campaz. El Canalla tendrá triple competencia en el segundo semestre y quiere contar con todos sus hombres.
En el mercado de pases anterior esta intención pudo llevarse a cabo ya que se logró retener a los futbolistas que le interesaban al entrenador y que fueron parte de la columna vertebral del equipo. Ahora el contexto es similar desde las intenciones ya que están buscando desprenderse de los futbolistas que Miguelo no considere esenciales para su proyecto. Ya se fueron Francis Mac Allister y Dannovi Quiñones mientras que se está charlando con el representante de Abel Hernández para rescindir su contrato de común acuerdo.
No puede afirmarse de manera vehemente que el plan del entrenador y del presidente dé resultados inmediatos, pero si muestra una saludable intención para solucionar un problema histórico de Rosario Central: la venta apresurada de sus figuras por apremios económicos. Y si el Canalla logra corregirlo entonces los títulos llegarán de manera reiterada y no esporádicamente.
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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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