
Rosario Central aplastó a Gimnasia y esgrima en El bosque con un contundente e inapelable 3-0con goles de Alejo, Enzo Giménez y Fideo. Extraordinario partido de Di María secundado por Malcorra, Véliz, Ibarra y Copetti. Durísima lesión de Quintana. No supo definirlo en el primer tiempo y casi lo pagó caro en el complemento.
El equipo dirigido por Ariel Holan se debía una actuación como esta ante un rival que llegaba con posibilidades de pelear por un lugar en los playoffs por más que estas hayan sido más matemáticas que reales. Un triunfo del Lobo sacaba a la Acadé de los puestos de clasificación de este Torneo Clausura, de allí la importancia de este encuentro.
Es cierto que el tempranero gol de Alejo Véliz a los dos minutos de juego le simplificó todo el trámite, pero también es justo señalar que era la segunda oportunidad creada por el Canalla en apenas ciento veinte segundos de partido. Y allí asoma, cuando no, la figura de un Ángel Di María totalmente intratable para los rivales. Fideo viene jugando de manera descomunal desde que se corrió al centro desde el clásico en adelante. El número 11 aún está muy lejos de haber llegado al techo de su rendimiento.
Angelito es el prototipo del jugador moderno que no se queda estático en un lugar, sino que juega por donde quiere y como quiere. Esta cualidad solamente se ve en muy pocos futbolistas. ¿Es delantero, asistidor, enganche, extremo, volante, carrilero, doble cinco? Todo eso y un poco más. Quienes vimos jugar a Johan Cruyff asociamos su juego al de la leyenda holandesa, uno de los mejores jugadores de la historia del balompié mundial.
Cumple funciones defensivas, pero siempre está atento para salir de contra, asiste a sus compañeros (a Enzo Giménez no le tiró un centro en el segundo gol sino que le dio una asistencia a la cabeza), se asocia con Malcorra para crear juego, se entiende cada vez mejor con Véliz y siempre tiene presente las cuestiones extrafutbolísticas. Es tan grande su talento que consiguió todo esto en menos de diez partidos, cuatro para ser más exactos.
Ariel Holan acertó al hacer retroceder a Nacho para jugar de doble cinco y de correr a Fideo hacia el centro. Malcorra tiene todo el panorama de frente para armar las jugadas mientras que Di María está atravesando una fase camaleónica que desconcierta a sus rivales y ayuda notoriamente a sus compañeros. Por detrás de ellos dos está Franco Ibarra para sostener defensivamente al equipo. Cachete está mostrando un gran nivel como único volante de contención siendo una rueda de auxilio permanentemente para sus camaradas.
El mayor déficit para el equipo estuvo en el hecho de no haya podido definir el partido en la primera etapa debido a la cantidad de goles que se erró la Acadé. Tuvo no menos de ocho situaciones claras (su dominio fue abrumador en esos primeros cuarenta y cinco minutos) y convirtió sólo un tanto. Los jugadores de la Acadé tienen que mejorar claramente en la definición ya que ante rivales de mayor calibre lo puede pagar muy caro.
Otro aspecto a corregir por parte del Profesor es como sus jugadores dejaron despertar a Gimnasia al inicio del complemento ya que el Mens sana se había ido al descanso totalmente groggy y volvió completamente recuperado como si no hubiera recibido una paliza futbolística en esos cuarenta y cinco minutos iniciales. Si bien el gol de Gimnasia estuvo correctamente anulado por falta de Corbalán sobre Coronel, el gesto de Angelito en el inicio de la jugada descolocó a sus compañeros.
Fideo llegó a La Plata con cuatro amarillas y su misión era, además de jugar escandalosamente bien, evitar esa quinta tarjeta que lo privara de jugar ante River Plate en el Gigante de Arroyito. Debido a ello es que cuando Fernando Echenique pita la falta a favor del Lobo, Di María se corre para que el árbitro no le saque el cartón que lo condenara mientras sus compañeros no tuvieron en cuenta la situación y quedaron descolocados sin posibilidad de recuperarse.
El partido se definió por una avivada conjunta de Enzo Giménez y de Di María. El número 11 estaba esperando que su equipo haga los cambios para patear un córner mientras se mandaba un pique en diagonal de cincuenta metros sin que ningún jugador del Lobo lo persiga, acelera cuando llega al área y le marca el lugar a Fideo para que le ponga la pelota ahí, cosa que Angelito hace magistralmente y el Canalla se puso 2-0. Tardé más en contarlo de lo que dura la jugada…
Luego vino el golazo de Angelito con pedido de disculpas incluido debido al amor que le mostraron los hinchas de Gimnasia a un auténtico ídolo de la selección. Ese gesto de Fideo para con los hinchas locales no fue porque Echenique le había anulado mal el gol al Tripero tal como quiso instalar Fernando Pacini desde la transmisión oficial del partido

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