
Canallas y leprosos pueden encontrarse en los octavos de final del Torneo Apertura. Para ello se deberán dar un par de resultados. El mayor peligro para Central no es el partido en sí mismo sino los festejos que pueden desenfocar al equipo.
El gran torneo que está jugando Rosario Central debería darles tranquilidad a los hinchas tanto por los números como por el rendimiento mostrado a lo largo de las quince fechas disputadas hasta el momento que superan en todas las estadísticas al ciclo de Eduardo Coudet en el 2015. Sí, el Profesor muestra mejores números que el Chacho: 32 puntos contra 28.
Existe una posibilidad en los playoffs de cruzarse con Newell’s Old Boys si es que la Lepra logra clasificarse. Para ello deberá ganarle a Racing en el estadio Juan Domingo Perón y esperar la derrota de Estudiantes ante Argentinos Juniors (un empate del Pincha los igualaría en puntos y se definiría por diferencia de gol, +3 del club platense contra – 2 de la Lepra) y ver que sucede con Defensa y Justicia si el Halcón gana su compromiso ante Independiente Rivadavia.
La Acadé por su parte deberá terminar primero en su grupo para enfrentar a Newell’s Old Boys ya que la Lepra sólo puede clasificar en el octavo lugar de la zona A.
Un partido por los playoffs en el Gigante de Arroyito será para alquilar balcones. Las grandes ventajas del Canalla para eliminar a Newell’s son el gran presente del equipo por un lado y la megapaternidad auriazul que tiene confundido y sin capacidad de reacción al club del Parque Independencia por el otro. No es cuestión de agrandarse sin razón sino de confiar en el inmenso trabajo de Holan y del plantel.
El mayor peligro para Rosario Central no pasa ni por el juego de Newell’s ni por tratar de anular a los hombres rojinegros sino por los festejos post clásico que tendrán lugar en el siguiente partido por los cuartos de final que pueden ocasionar que el equipo se desconcentre tal como le sucedió ante Sarmiento.
Muchos hinchas quieren evitar un posible cruce con la Lepra en una instancia donde todos arrancan con las mismas posibilidades. El legendario Ángel Tulio Zof tenía una frase que lo pintaba de cuerpo entero a él y a sus dirigidos y que emana una grandeza absoluta:
«Yo no me preocupo demasiado por los rivales, en todo caso que ellos se preocupen por mi equipo»
A Holan no debe importarle demasiado lo que ofrezca Newell’s sino potenciar el rendimiento de sus dirigidos. ¿Tenés alguna duda de que el plan del Ogro Fabbiani será colgarse del travesaño durante todo el partido para tratar de explotar una contra? ¿Cuánto tiempo puede sostener esa idea primitiva de juego ante un equipo que tiene un rendimiento envidiable como local? Nadie imagina un Newell’s yendo al frente en Arroyito…
¿Cómo no confiar en la dupla Mallo-Quintana que se comieron en un pan a todos los centrodelanteros del fútbol argentino? ¿Cómo no confiar en Malcorra-Campaz-Copetti que siempre lastiman al rival? ¿Cómo no confiar en Navarro-Ibarra, el mejor doble cinco del país? ¿Cómo no confiar en este plantel y en los conocimientos de Holan que ya dieron grandes muestras de su capacidad?
Un triunfo ante la Lepra en los octavos de final traería como consecuencia un festejo con recibimiento incluido en el próximo partido que podría desconcentrar a los jugadores. Para que esto no suceda la solución es simple: abrir el Gigante el miércoles post clásico y armar una auténtica fiesta con los jugadores para que les baje la adrenalina y que el jueves ya puedan enfocarse en el siguiente objetivo.
Esto no es soberbia sino que es consecuencia de la confianza que transmite el equipo. Central puede ganar, perder o empatar un clásico pero lo que nunca puede es abandonar o no querer jugarlo. Para ser campeón hay que ganarles a todos y si uno de los rivales es Newell’s, mejor todavía.

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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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