Rosario Central respondió correctamente en una cancha históricamente hostil y se trajo un punto tras empatar 2-2 con River. Buen planteo de Holan. Ferreira y López hicieron los goles. Copetti tuvo el triunfo en sus pies. Los árbitros siempre son protagonistas.
El equipo de Ariel Holan superó una prueba durísima ante un equipo que es la bestia negra del Canalla desde 1939. Lo más valorable de la performance auriazul fue la puesta en escena ya que en ningún momento, ni siquiera cuando River se lo llevó por delante tras el gol de Sebastián Ferreira, renunció a atacar y a lastimar a su rival. Esos diez minutos entre gol y gol fueron el punto más flojo de la Acadé junto a los primeros instantes de la segunda parte.
Fue un partido de ida y vuelta en el cual Central se mostró de ratos superior a un rival que está lejísimos de ser uno de los mejores equipos de la historia riverplatense. Es más, Marcelo Gallardo sigue sentado en el banco por las espaldas enormes que tiene. Es cierto que puede mejorar el rendimiento del equipo pero para empatar con este Central necesitó de la infaltable ayuda arbitral de cada fin de semana.
Yael Falcon Pérez debió haber amonestado a Borja tras el topetazo a Juan Cruz Komar (la figura del partido), la falta de Acuña sobre Gaspar Duarte era roja directa (el colegiado no le mostró ni amarilla), el primer gol de River nace de una infracción que no fue, la posición de Komar en el gol que le anula genera más dudas que certezas (¿lo anulaba si hubiese sido al revés?) aunque todo eso no quita que el Canalla no lo ganó por el mal cálculo de Copetti en la definición de la última jugada del doparti.
El chaqueño entró con muchas ganas para revertir el presente que lo está atormentando. Estuvo movedizo, se enganchó enseguida en el circuito futbolístico de sus compañeros y tuvo dos chances claras de gol: la mencionada (define bien porque lo hace a contrapierna de Armani, sólo le faltó más precisión) y la que deriva en el empate de Santiago López tras una monumental jugada de todo el equipo con más de veinte toques. Si la pelota iba afuera, pegaba en el palo o entraba directamente es una discusión sin sentido. Por eso Santi hizo lo que tenía que hacer, asegurar el gol.
Lo de Agustín Bravo es para analizar minuciosamente ya que el ex jugador de Rafaela está volviendo de la lesión que lo mantuvo alejado de las canchas durante un año. Esa falta de ritmo se asocia directamente con los errores que cometió, sobre todo en el segundo gol donde primero se equivoca en la salida y después se estorba con Fatu Broun tras el disparo de Subiabre, a quien los periodistas Bover trataban de venderlo como la reencarnación de Garrincha…
Este empate sirve desde lo anímico ya que Central tuvo una actitud diametralmente opuesta a la mostrada ante Boca Juniors, su punto más bajo de rendimiento en el actual torneo. Este partido le sirvió para darse cuenta que con una propuesta equilibrada y sin inventos raros puede estar a la altura de cualquier rival y estos ya comprendieron que la Acadé será un rival difícil para cualquiera de ellos, mejor dejemos que hablen los números:
- once partidos jugados (siete de ellos en condición de visitante y apenas cuatro en el Gigante de Arroyito
- Veintidós puntos, quince goles a favor, siete en contra y una diferencia de +8
- seis partidos ganados, cuatro empates y apenas una derrota
El gran desafío que tiene Ariel Holan por delante es seguir mejorando el rendimiento del plantel para llegar a los playoffs en el techo del mismo. Los regresos de Carlos Quintana y Facundo Mallo, dos pilares fundamentales del equipo, servirán para elevar aún más la confianza del grupo y encarar el tramo decisivo con fe y determinación. En la noche del Monumental quedó demostrado que no es menos que nadie y que será un rival temible.

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Fotos: gentileza Prensa Rosario Central
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